Podemos coloca en el Congreso al edil de Colau que arrancó una bandera de España
Gerardo Pisarello será el nuevo secretario primero y como teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona se recuerda cómo impidió que luciera la enseña nacional en el balcón consistorial.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han llegado a su primer acuerdo pactando para que PSOE y Unidas Podemos se aseguren el control de la Mesa del Congreso. Y los morados han elegido a los diputados electos Gloria Elizo (Unidas Podemos) y a Gerardo Pisarello, de En Comú, para ocupar respectivamente la Vicepresidencia primera y la Secretaría primera de la nueva Mesa del Congreso que se elige el próximo martes. Y no deja de ser llamativa la elección de Pisarello, por sus discursos y acciones de marcado calado separatista en un puesto de tan alta responsabilidad institucional.
El PSOE anunció este mismo viernes -y Podemos confirmó en una nota de prensa a primera hora-- que ha cerrado con Unidas Podemos este acuerdo para el reparto de puestos en la Mesa del Congreso de los Diputados por el que se garantiza que juntos tendrán mayoría en este órgano de decisión que organiza el trabajo de la Cámara.
A los socialistas les corresponderá la Presidencia del Congreso, que caerá en manos de la catalana Meritxell Batet, además de una vicepresidencia y una secretaría, es decir, tres puestos. Unidas Podemos ocupará la vicepresidencia primera y la secretaría primera.
Elizo ya era vicepresidenta cuarta del Congreso con Ana Pastor, pero ahora pasará a la primera, que es la que ocupa la Presidencia del Pleno en ausencia del titular. Pisarello, por su parte, era primer teniente de alcalde con Ada Colau en Barcelona y en las elecciones del 28 de abril dio el salto a la política nacional.
De origen argentino, Pisarello se hizo famoso en septiembre de 2015 por arrancar la bandera española de las manos al concejal del PP Alberto Fernández, que solo intentaba colocarla en el lugar que le corresponde en el Ayuntamiento de la Ciudad Condal.
Pero si eso fue vergonzoso, mucho más lo fue la actitud de la alcaldes. Entre risas y mirando para otro lado, respaldó a su número dos poniéndole una manita cómplice en el hombro, riéndole la gracia y, en definitiva, animándole.