El abogado del Estado purgado por oponerse al enjuague de Sánchez se venga de él
Edmundo Bal, el hombre que pagó con su cargo su negativa a rebajar de rebelión a sedición la petición de la Abogacía en el juicio del procés, ajusta cuenta con el Gobierno que le cesó.
Edmundo Bal tenía que haber sido el abogado del Estado que este martes hubiera defendido ante el tribunal presidido por el juez Marchena el escrito de conclusiones de la Abogacía General después de cuatro meses de juicio.
Tenía, de no haber sido porque fue purgado en noviembre por negarse a rebajar la rebelión a la simple sedición por pura conveniencia política de Pedro Sánchez.
Este miércoles Bal, ahora diputado de Cs en el Congreso, se toma su particular venganza y publica en las páginas de ABC las conclusiones que él sí habría defendido ante la Sala, resumidas en una sola: hubo rebelión.
"No fueron unos simples desórdenes públicos, como sostiene la Abogacía del Estado, fue un golpe de Estado contra la Constitución. Con intimidación colectiva, con heridos, alentando a los ciudadanos a que ocuparan los colegios y se resistieran activamente a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a sabiendas de que ello iba a desembocar en estallidos de violencia, como así fue, y aceptando plenamente sus consecuencias", escribe Bal.
"Y este golpe de Estado se enmarcaba dentro de un plan preconcebido apoyado en tres pilares: la Mesa del Parlament, el Govern de la Generalitat y los movimientos sociales. Todo ello con la planeada pasividad de los Mossos d’Esquadra y con los Jordis ejerciendo el poder público en los acontecimientos del 20 de septiembre con el cerco a la comisión judicial", subraya.
Bal se declara escandalizado por el papelón que tuvo que interpretar este martes la abogada del Estado Rosa María Seoane, aunque sabe bien el trasfondo político que hay detrás: "El Gobierno, según las manifestaciones de la Abogacía del Estado, no ha debido de ver el juicio, esperando una investidura donde el partido de Junqueras y el de Puigdemont se abstengan. Y si en este juicio hay que decir que no hubo violencia, se dice con tal de que Sánchez sea presidente. Ni se ponen colorados", denuncia.
Y concluye: "No sé qué me duele más: si un Gobierno que pretende engañar a los ciudadanos a los que debe servir; o que se use a la Abogacía del Estado para decir que no existió lo que todos hemos visto que sí sucedió. En cualquier caso, hoy tengo claro por qué me cesaron a mí y cómo hoy la Abogacía del Estado ha protagonizado una de las más tristes páginas de su centenaria historia".