Sánchez se fabrica la coartada perfecta para "comprar" muy cara su investidura
Al candidato del PSOE no le hizo falta pedirles a Casado y Rivera su abstención. Sabía que no las tendría, siempre lo supo. Pero necesitaba escenificar que lo intentaba para saltar pantalla.
Ni siquiera se lo pidió Pedro Sánchez a Pablo Casado y Albert Rivera (según la versión de estos últimos). No hizo falta pedirles su abstención. El socialista sabía de antemano la respuesta, sabía que no es no, como los líderes del PP y Cs adelantaron ya el jueves tras reunirse con el Rey.
Por más que el PSOE haya intentado cargar en los hombros de Casado y Rivera el peso de la investidura de Sánchez, amenazando incluso con una repetición de las elecciones, todo forma parte de la teatralización. Como que, tras las reuniones de este martes en el Congreso, Adriana Lastra insistiera: "Seguimos apelando al PP y a Cs".
La realidad es que el candidato a la investidura, una vez iniciados los contactos formales, ya está en otra pantalla. Era consciente desde un principio de que Casado y Rivera no le iban a allanar el camino, pero necesitaba escenificar que lo intentaba para, finalmente, tener la coartada perfecta para echarse en los brazos de quienes se va a echar, pagando un previsible alto precio. Sobre todo al PNV, un experto en estas lides.
Y encima con la bendición de los líderes del PP y Ciudadanos. Casado llegó a sugerirle en rueda de prensa la vía de los partidos regionalistas antes que la de los independentistas. Ésta pasa por la suma de Unidas Podemos, el PNV, Compromís, el PRC y la abstención de UPN, con los que el PP y Cs forman la coalición Navarra Suma.
El presidente del PP incluso anunció que no pondrá "impedimentos" a Coalición Canaria para que complete esa suma aun en el supuesto de que los populares y CC lleguen a un acuerdo de gobierno en las Islas. Aunque estos últimos ya han dicho que mientras Sánchez se apoye en Podemos, con sus dos votos que no cuenten en el Congreso.
A la sugerencia de Casado se unió Rivera, que también invitó al socialista a entenderse con Pablo Iglesias y, si es menester, con "sus socios nacionalistas". Y con el líder de Unidas Podemos ya hubo un primer paso en la negociación, al acceder éste a un gobierno de cooperación que en todo el día nadie fue capaz de explicar. Ni en La Moncloa, ni en el PSOE, ni tampoco en el partido morado.
Así pues, este martes los papeles quedaron bien repartidos para que se levante el telón de la legislatura, supuestamente a mediados de julio (siempre y cuando la primera investidura no fuera fallida y hubiera que ir a una segunda en septiembre).
Unidas Podemos será el socio principal de Sánchez, aunque uno menos importante de lo que Iglesias se cree: como le recordó la portavoz socialista, "desgraciadamente, entre Unidas Podemos y el PSOE no sumamos". Que es lo mismo que decirle que sus votos no valen lo que pide por ellos, porque no le arregla el problema de la mayoría absoluta.
El PP será la oposición oficial, la de siempre, con la que Sánchez llegará a acuerdos que él y el líder de los populares ya empezaron a explorar este martes.
Casado contó en su comparecencia posterior que hablaron de la renovación de algunos órganos pendientes (no mencionó el CGPJ pero es clave), del Pacto de Toledo, del de la violencia de género, de Cataluña y de la representación española en la nueva Comisión Europea, una batalla para la que el socialista tendrá de su parte al popular. "Que la investidura sea pronto y cuanto antes empecemos", deseó el presidente del PP.
Y Ciudadanos se moverá entre dos aguas: será la oposición bis de Sánchez y la oposición de la oposición. Es decir, de Casado. Ya adelantó Rivera que su partido estará pendiente de posibles "sablazos" fiscales o cesiones a los independentistas.
Este miércoles serán el secretario de Organización de los socialista, José Luis Ábalos, y la portavoz en el Congreso quienes encabecen las negociaciones con el PNV, Compromís, Navarra Suma, Coalición Canaria y el Partido Regionalista de Cantabria. Los llamados, por acción u omisión, a allanar el camino de Sánchez.