El abogado de Puigdemont se planta en el Congreso por sorpresa y sale escaldado
Gonzalo Boyé sabía que la presencia en Madrid del expresidente fugado era imprescindible. Y estaba avisado. Aún así ha maniobrado para intentar "colársela" a la Junta Electoral.
Estaba avisado, pero aún así Carles Puigdemont ha intentando montar un nuevo circo mediático. En esta ocasión, en el Congreso de los Diputados, donde el eurodiputado electo fugado estaba citado para acatar la Constitución, paso imprescindible para acceder a su escaño en Bruselas.
Había prometido a los suyos que acudiría. Pero ha vuelto a imcumplir su promesa. Pesa más la orden de detención nacional vigente por mandato del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena. Y, por eso, Puigdemont ha enviado por sorpresa a uno de sus letrados, Gonzalo Boyé, con unos poderes para que acatase la Carta Magna en su lugar. Ha pinchado en hueso y ha sido expulsado de la sala donde tenía lugar la jura de los eurodiputados electos.
La Junta Electoral Central ha rechazado el acta notarial que Boyé le pretendía entregar con el acatamiento "por imperativo legal" del expresidente catalán y de su consejero Toni Comín.
Y, tras salir escaldado de la maniobra urdida en Waterloo, Boyé ha organizado su previsto show ante las cámaras en el mismo patio de la Cámara Baja.
En declaraciones a los periodistas, Boyé ha denunciado que el presidente de la JEC, Segundo Menéndez, le haya negado esos papeles sin ni siquiera habérselos leído, por lo que ha avisado que los registrarán este mismo miércoles ante el organismo arbitral para su toma en consideración.
Previamente, el Congreso había blindado su cordón policial de seguridad en previsión de que Puigdemont y su entorno hubieran preparado un gesto en busca de repercusión mediática internacional.