Sánchez acude a Casado y Rivera para que le salven la papeleta y sale escaldado
El tiempo pasa y el socialista no ha conseguido amarrar un solo apoyo, ni de Unidas Podemos. Así que ha llamado a los líderes del PP y de Cs a La Moncloa. Rivera ni siquiera ha querido ir.
La investidura se le pone cuesta arriba a Pedro Sánchez, que está viendo cómo pasan las semanas y no tiene amarrado un solo apoyo, mientras Pablo Iglesias no ceja en su empeño de sentarse en su Consejo de Ministros.
Así las cosas, el socialista quiere que Pablo Casado le saque las castañas del fuego. El presidente en funciones convocó este lunes al líder de la oposición a una reunión discreta en La Moncloa que, una vez más, ha acabado filtrándose. Esta vez vía Antena 3.
Según fuentes populares, Sánchez le ha pedido lo que no le pidió en la reunión pública que ambos mantuvieron en el Congreso el 11 de junio: que se abstenga para despejarle el camino. Y Casado le ha dicho que no.
El socialista también ha intentado verse en privado con Albert Rivera, según fuentes de Cs, pero éste rechazó acudir a su llamada a La Moncloa porque ya le había dicho en dos ocasiones y en persona lo que le tenía que decir: "Que los electores han querido que Cs haga una oposición seria, firme y constructiva y que la dirección de Cs ha respaldado no apoyar la investidura, ni por activa ni por pasiva, del señor Sánchez", según las mismas fuentes.
La investidura del líder del PSOE está teniendo efectos secundarios en los dos principales partidos de la oposición. Especialmente en Cs, donde el no es no de Rivera ha hecho que este lunes dimitan, con apenas horas de diferencia, el diputado Toni Roldán y el eurodiputado Javier Nart.
No obstante la Ejecutiva naranja ha sometido a votación a petición de Luis Garicano el replanteamiento de la negativa a pactar con Sánchez y el resultado ha sido abrumador: Rivera ha ganado la votación con 24 votos a favor, cuatro en contra y tres abstenciones.
En el caso del PP no hay gran debate al respecto de la postura que ha mantenido el líder de los populares desde el día después de las elecciones: siempre ha sostenido, en público y en privado, que no facilitará la investidura de Sánchez ni por acción ni por omisión, ni votando sí ni absteniéndose.
Si acaso alguna voz aislada como la de la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
No obstante a mediados de junio el presidente del PP sí puso una alternativa sobre la mesa de Sánchez: accedió a que los dos diputados de UPN, que concurrieron a las elecciones con el PP y Cs bajo la marca Navarra Suma, se abstuvieran. Siempre y cuando el PSN dejara gobernar al centro derecha en la Comunidad Foral.
En cualquier caso están a punto de cumplirse dos meses desde las elecciones generales y el socialista no ha hecho ni un solo avance, y eso que su idea inicial pasaba por convocar el debate y votación de la investidura en la primera quincena de julio.