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El PSOE y Podemos se enredan en subterfugios para apoyarse y rechazarse a la vez

A Podemos no le llega con "cooperar", pero el PSOE, que le necesita para hacer presidente a Sánchez, no quiere a Iglesias de ministro ni en pintura. El enredo no cesa.

El PSOE y Podemos se enredan en subterfugios para apoyarse y rechazarse a la vez

Publicado por
Javier Rodríguez

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"Ni contigo sin ti mis males tienen remedio", decía la canción de Emilio José inspirada en Machado, que terminaba la frase con una advertencia bien válida para la difícil convivencia entre PSOE y Podemos y, más en concreto, entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias: "Contigo porque me matas, sin ti porque me muero".

Así estás las cosas entre ambos, con un tira y afloja estancado en las posiciones. La de Iglesias es clara, gobernar en coalición y quizá entrar él mismo o Irene Montero como ministros. La de Sánchez es igual de nítida: para nada, la "cooperación", vocablo inventado por los brujos de Moncloa para estar sin estar, da para pactar presupuestos, leyes y meter a podemitas en el segundo nivel del poder; pero no para sentarse cada viernes en el Consejo de Ministros.

El PSOE sabe que necesita a Podemos para literalmente todo, pero también que Iglesias no está en condiciones de exigir: si estira mucho la cuerda y se rompe, una nueva convocatoria electoral llevaría a los morados, probablemente, al ocaso definitivo. Y los morados, que son conscientes de ello, saben sin embargo que valen su peso en oro, pero que el oro esté devaluado.

¿Cómo se resolverá el dilema? Dependerá de quién aguante más sin echarse al arcén. Iglesias parece dispuesto a aguantar lo que haga falta, consciente de que su única salvación sea probablemente gobernar. Pero Sánchez no quiere verlo en Moncloa ni en pintura.

Sánchez no quiere de ministro a Iglesias ni en pintura. Pero todo depende de si a Podemos le tiemblan o no las piernas

"Ni en pintura"

Aunque sea difícil de explicar por qué lo que sirvió en Castilla-La Mancha la pasada legislatura o en Valencia en la presente, con coaliciones en toda regla y un formal reparto de cargos ejecutivos, no vale para toda España. A ese clavo de aferra Podemos que, según fuentes próximas a la dirección, va a apurar los plazos sin moverse:

"No nos vamos a conformar con posiciones de tercera fila, el Gobierno solo puede existir con nuestros 42 diputados y eso tiene que notarse".

Desde Moncloa no se ve igual. Se puede pactar con Podemos casi todo, pero no gusta una imagen conjunta que, creen, no es del agrado de Europa. Por eso oficialmente la posición es de rechazo a la coalición pura y dura. De momento. Y quizá hasta el final. Si hubiera que apostar a una de las opciones, ésta sería la ganadora: a Iglesias, opinan, le temblarán las piernas al llegar el momento de la verdad.