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Marimar Blanco da una lección de dignidad al PSOE y deja sentado a Rufián

Su discurso en el homenaje anual a las víctimas del terrorismo en el Congreso dejó fría a la bancada socialista, a la que puso ante la responsabilidad de evitar que Bildu tenga el control.

Marimar Blanco durante su intervención.

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El homenaje que anualmente tributan las Cortes a las víctimas del terrorismo estuvo esta vez en un ambiente muy enrarecido por el papel de Bildu en el tablero político de Navarra y en la investidura de Pedro Sánchez, así como por la entrevista que TVE le hizo la noche antes a Arnaldo Otegi en el 24 horas.

Con Covite y Dignidad y Justicia negándose a compartir espacio con Bildu en el hemiciclo y los escaños de Vox vacíos porque los de Santiago Abascal consideran el acto "una coartada para el blanqueamiento y la negociación" -en sus palabras-, la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo tomó la palabra y no dejó títere con cabeza.

Marimar Blanco, también diputada del PP, cargó contra Bildu y también de forma velada contra el PSOE por plantearse siquiera contar con los herederos de Batasuna como cooperadores necesarios de la investidura de María Chivite en Navarra o del propio Sánchez en el Congreso.

"Es incomprensible e inasumible que quienes jamás han condenado un solo atentado de ETA asuman el control de las instituciones. No señorías, no todos los partidos políticos merecen la misma consideración. Los herederos de Batasuna ahora serán legales, pero mantiene una trayectoria manchada por un reguero de sangre imborrable. No todo vale en política", advirtió Blanco desde el atril.

Y añadió: "Frente a quienes se atreven a afirmar que 'ya vale de vivir de las rentas de ETA', las víctimas del terrorismo reclamamos que se impida la formación de gobiernos que actúan como si ETA no hubiera existido".

Asimismo calificó de "inaceptable, vergonzante y humillante" que un día antes del homenaje la televisión pública se convirtiera en, a su juicio "un altavoz infame de un terrorista confeso como es Otegi".

El discurso de la representante de las víctimas cayó como una losa en el hemiciclo. Gabriel Rufián, Aitor Esteban e Irene Montero, sentados los tres en primera fila como portavoces de ERC, Unidas Podemos y el PNV, se negaron a aplaudir a Blanco.

Tampoco lo hicieron los parlamentarios de Junts per Catalunya, mientras desde los escaños del PP y Ciudadanos arropaban las palabras de la hermana de Miguel Ángel Blanco con una cálida ovación.

En la bancada del PSOE hubo aplausos más tímidos, e incluso varios diputados con rostro serio se cruzaron de brazos en señal de desacuerdo. Sabían que también iba hacia ellos la crítica. Los parlamentarios del PP se pusieron en pie para retratar a quienes no lo hacían. El portavoz del PNV lo hizo a regañadientes. Rufián y el resto de independentistas catalanes, ni eso.

Terminado el discurso de Marimar Blanco, entró en el hemiciclo el diputado de Bildu Jon Iñarritu para escuchar a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y asistir al posterior minuto de silencio. Batet habló de la unión de todos "quienes nos oponemos al terrorismo" y de "desterrar el partidismo" de la lucha antiterrorista.

Acabado el acto, la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo acaparó la atención y los comentarios. Las víctimas invitadas en la tribuna y muchos diputados del PP se le acercaron a felicitarla. Por los pasillos, no obstante, también se escucharon reproches por sus dardos al PSOE.

"He hecho lo que creía que tenía que hacer. He intentado representar a todas las víctimas", declaró Blanco a ESdiario al término del homenaje. "Lo de ayer de TVE fue una vergüenza", zanjó.

Rufián sentado mientras el resto de la Cámara aplaude a Marimar Blanco.