Sánchez redobla la presión a Iglesias y pone fecha a unas nuevas elecciones
El debate y votación de investidura será la semana del 22 de julio, cuando el contador se pondrá en marcha. El candidato socialista quiere mantener una última ronda de contactos antes.
Tic, tac. Ahora sí, el contador se pone en marcha. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet ha anunciado las fechas del debate y votación de investidura, que finalmente tendrán lugar la semana del 22 de julio.
Ese día, a las 12, Pedro Sánchez se dirigirá al Pleno del Congreso para pedir su confianza y la sesión se suspenderá hasta las 4 de la tarde, cuando será el turno de los grupos de mayor a menor. El debate continuará el martes 23, día en que se efectuará la primera votación, que el socialista perderá sí o sí porque necesitaría mayoría absoluta.
Al cabo de 48 horas, el jueves 25, tendrá lugar la segunda votación, en la que Sánchez necesita más síes que noes. Hay altas probabilidades de que tampoco ésta la saque adelante, lo que obligaría a convocar una segunda sesión de investidura en septiembre que, de fracasar, abocaría a unas nuevas elecciones generales el domingo 10 de noviembre.
La propia Batet ha reconocido en rueda de prensa que "el cálculo tiene que ver" con unos nuevos comicios, porque si la investidura hubiese sido fijada la semana del 15 de julio, las hipotéticas elecciones tendrían que celebrarse el 3 de noviembre, en pleno puente de Todos los Santos. No obstante ha añadido que el objetivo es "que esta investidura prospere".
Sánchez ha apurado julio con idea de aprovechar estas semanas para una nueva ronda de contactos con los portavoces de los demás partidos. En principio ésta será similar a la primera: él citará a Pablo Casado, Pablo Iglesias y Albert Rivera y dejará a José Luis Ábalos y Adriana Lastra las reuniones con el resto de dirigentes.
La clave para desatascar la investidura está en un acuerdo con Unidas Podemos que no llega por el enconado pulso que mantienen Sánchez e Iglesias por la presencia de ministros morados en el Gobierno.
En el PSOE cunde la sensación de que su jefe de filas está dispuesto a aguantar el pulso al líder de Unidas Podemos hasta las últimas consecuencias, convencido de que si hay nuevas elecciones los morados pagarán en las urnas el "bloqueo".
En este sentido, Batet ha insistido en que España "necesita estabilidad y una institucionalidad fuerte".