La humillación a Sánchez agita el avispero del PSOE con tres damnificados
El día después del gran fiasco está siendo muy difícil de digerir para muchos dirigentes socialistas. Y todos se giran para buscar a los ideólogos de una estrategia que no se entiende.
“No se puede dejar la negociación mas endiablada de las últimas décadas a tres novatos”. Quien esto dice es un diputado socialista con larga trayectoria interna para resumir el gran fiasco de la investidura de Pedro Sánchez. Y es que , también en política, la victoria tiene muchos padres pero la derrota, es huérfana.
En el PSOE, 24 horas después del sonado fracaso de su líder, el avispero se está agitando. Y vuelan los primeros reproches con tres damnificados claramente señalados: Carmen Calvo, Iván Redondo y Adriana Lastra , el tridente negociador de La Moncloa con Podemos.
“Demasiado tacticismo, errores de bulto, vaivenes e improvisaciones”, se denuncia. Se critica la blandura de Calvo ante un Iván Redondo al que se llega a calificar en privado de “aprendiz de brujo” y una Lastra a la que le faltan “varios hervores politicos”.
Sirva una anécdota de la descoordinación. El día que ante Antonio García Ferreras, Sánchez decidió en La Sexta dinamitar el acercamiento -con su incendiario 'necesito un vicepresidente que defienda la democracia'-, Lastra abría en otra entrevista las puertas del Consejo de Ministros a Irene Montero. Y un whatsapp salió de La Moncloa que venía a decir : has tenido un exceso de comunicación declarativa.
Lastra y Calvo, y el "tapado" Iván Redondo, los señalados por medio PSOE.
Algunos barones y miembros de la vieja guardia habían aconsejado que incluyera en su equipo al socialista con más tablas en este tipo de retos: José Enrique Serrano, que lleva negociando desde 1982 y es miembro de la escuela Rubalcaba.
Pero Sánchez , que sigue sin fiarse de nadie más allá de su círculo íntimo, desoyó la recomendación. Ni siquiera, como le proponían otros, a Patxi López que llegó a ser lendakari tras negociar un acuerdo de investidura... con el PP.
Y ahora , el PSOE se lamenta y mira con pavor la nueva cita de septiembre. Pavor porque Sánchez la afronte con estos mismos mimbres. Algunos, incluso, ya se mueven para impulsar un relevo en la delegación socialista que deberá, según el plan que se comienza a fraguar este viernes, seducir a Pablo Casado y Albert Rivera.
Eso sí, nadie duda en Ferraz, Iván Redondo sigue siendo a esta hora absolutamente intocable.