Casado remodela el PP con leales, entierra "familias" y se prepara para la pelea
Los populares abandonan ya la sombra de Rajoy, y de algún modo la de Aznar, para asumir la identidad y personalidad de su presidente un año después de que tomara los mandos de Génova.
Pablo Casado se pone en modo "Reconquista" y, tal y como había adelantado ESdiario, imprime a la dirección del PP un cambio de consecuencias muy profundas aunque, en apariencia, las caídas y nombramientos no lo parezcan tanto.
Pero la cirugía sí es intensa y se resume en pocas palabras: el PP, ahora, abandona la sombra de Rajoy, y de algún modo la de Aznar, para asumir la identidad y personalidad de su presidente un año después de que llegara al poder en su partido y cuando apenas han pasado tres meses de las Elecciones Generales, su peor momento, ya enterrado.
Orgánicamente no parece haber muchas mudanzas, pues se mantiene como número dos su fiel Teodoro García Egea, pero hay que rascar un poco para encontrar el significado de las decisiones y encontrarlo: el nombramiento de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso; el ascenso de la navarra Ana Beltrán; la designación de la fiel Ana Camins son tan relevantes del nacimiento del casadismo como la salida al Senado de Javier Maroto o el enfriamiento de las cotas regionales, especialmente la gallega.
Los salientes no supieron que dejaban la dirección del partido hasta poco antes de que se anunciara; y los entrantes fueron avisados de uno en uno por García Egea, con llamadas personales de Casado en algunos casos, en las últimas 48 horas. Aunque algunos, como Ana Beltrán, se sabían destinados a grandes responsabilidades desde que su presidente les incluyera en su lista por Madrid en las Generales.
El nombramiento del periodista Pablo Montesinos, diputado por Málaga, como portavoz, será sin duda uno de los aspectos más mencionados de la reforma, pero atiende a algo más que su cara conocida, su buen trato con los medios de comunicación y su verbo fácil: supone, también, centralizar un aspecto vital para Casado, que hasta ahora ocupaba una gallega de Feijóo. Quizá el que más mensajes ha recibido hoy de Génova: en este poema, han venido a decirle, no hay sitio para los versos sueltos.
Caras y cambios profundos
Las otras caras conocidas de la nueva Ejecutiva son las de Edurne Uriarte y Daniel Lacalle, aunque otras menos célebres también significan mucho: se trata de diputados menos conocidos para el gran público, pero muy expertos y conocedores del Parlamento, ese infernal laberinto donde se van a dirimir tantas cuitas en la legislatura más inestable, tal vez, en muchos años. Es el caso de Jaime Olano, entre otros.
Un nombre final a destacar es el de Cuca Gamarra, definitivamente reconvertida al casadismo como los exministros Isabel Tejerina y Rafael Catalá, únicos restos de aquellos buques que comandaron en su día Soraya y Cospedal. Los tres son hoy de Casado y una de ellas, la exalcaldesa de Logroño, será un referente incipiente en el futuro.
(Habrá ampliación)