A Villarejo se le acaba la paciencia y envía advertencias a Marlaska y Robles
El excomisario que gobernaba durante décadas las cloacas se le empieza a agotar el tiempo. Cumple años, no ve frutos a sus variados chantales y lanza este mensaje a navegantes...
El excomisario José Manuel Villarejo, en prisión desde hace casi dos años, ha enviado mensajes a diestro y siniestro, ha amenazado en todas las direcciones, ha filtrado grabaciones clandestinas, y ha disparado lo mismo al Palacio de La Zarzuela, al PSOE, que al PP, que a ministros, a jueces o fiscales.
Pero, esta vez, se le ha acabado la paciencia. Y ha remitido desde su celda esta inquietante advertencia para quien corresponda. "Con 68 años cumplidos esta misma semana, y a punto de que pasen ya dos años desde que estoy de manera enteramente injustificada en prisión preventiva, sigo creyendo, no desde la ingenuidad pero sí aferrándome a la inteligencia y hasta a la buena fe de las terceras partes que de una manera u otra están interviniendo en este procedimiento", comienza su mensaje.
Y a continuación, se dirige a su bestia negra, el hasta hace bien poco director del CNI, Félix Sánz Roldán. "Me pregunto hoy si al cesado Sanz Roldán y a todos los acólitos de tamaño menudo que medraban a su alrededor les ha valido la pena haber matado moscas a cañonazos al organizar esta patraña, una de las tantas que han intentado".
"Con tantas personas discrecionalmente castigadas -se interroga Villarejo- y con parte de nuestra imagen internacional arrastrada en rotativos fuera de nuestras fronteras, ¿dónde está el triunfo que significa la muerte civil de un comisario de policía que estaba jubilado y supo y quiso mantener en secreto los encargos que le hicieron los gobiernos, de cualquier signo y en cualquier tiempo?
¿Está valiendo la pena el daño gravísimo que se está infringiendo a la Corona, erosionando irreversiblemente la figura de un monarca a quien tanto debemos los españoles?".
"Los españoles deben conocer, lo están conociendo y lo conocerán, que no permitirme declarar en relación a asuntos absolutamente trascendentales puede producir que prescriban algunos delitos, como el pago a un miembro del GAL con un velero lleno de cocaína que el juez Marlaska, siendo instructor, nunca persiguió?", torpedea al ministro del Interior de Pedro Sánchez.
"¿Es acaso concebible en un Estado de derecho merecedor de tal nombre que una conducta tan grave como que “una juez amiga” sea la delatora de que se había pinchado un teléfono en el sumario Lezo no sea perseguida por temor a las represalias de la aún poderosa Margarita Robles?", apostilla después contra la titular de Defensa.
Y, entonces, Villarejo comienza con sus recados. "Nadie me verá postrado ni arrodillado. Mi defensa, a mi avanzada edad, es ya la causa de mi vida. Y la prepararé antes o después desde mi propia casa, con los míos. Y eso a pesar de que, en prácticas más propias de un repugnante Estado totalitario, y hasta hoy, se sigan controlando todas mis comunicaciones, incluidos contactos íntimos con mi esposa o comunicaciones con mi abogado justamente para pulverizar mi capacidad de defensa".
Y concluye el antaño jefe de las cloacas de Interior con una "pregunta" y un "anuncio".
¿Algún día se investigará con celo bastante el miserable negocio económico que ha pasado y está pasando por vender las grabaciones (tan groseramente sesgadas y calculadamente difundidas) a concretos despachos de abogados y a periódicos afines por valor de millones de euros?"
"El anuncio: para quienes, en una gimnasia de inexperiencia y vana ilusión, creen que tienen ganada la guerra del relato, sólo puedo transmitirles una mala noticia. Perderán la guerra de las consecuencias". Aviso a navegantes para a quien corresponda, tome nota.