Abascal rompe tabúes en el Congreso: "¿Saben cuánto nos cuestan los 'menas'?"
El portavoz de Vox denuncia que la inmigración ilegal está trayendo muchos problemas de seguridad y económicos y conmina al Gobierno de Sánchez a poner fin al efecto llamada.
Cuentan siempre en Vox que su despegue se produjo no a raíz del procés, sino de los atentados de Las Ramblas y de Cambrils de hace dos años, que actuaron como caja de resonancia del discurso de Santiago Abascal y los suyos contra la inmigración ilegal y la islamización de Europa.
Así pues, ambos temas han estado siempre en el ADN del partido, y este jueves Abascal defendió sobre la tribuna del Congreso la postura políticamente incorrecta que tan buen resultado le dio al partido en las elecciones generales del pasado 28 de abril.
El líder de Vox se quejó de la "avalancha migratoria" que sufre Europa y culpó al Gobierno de Pedro Sánchez de "promocionarla". Y sostuvo que ésta está trayendo problemas de "seguridad, económicos y de convivencia".
"Terminen con el efecto llamada, envíen un mensaje contundente a las mafias", exigió Abascal al Ejecutivo en funciones. " Abandonen la falsa caridad y protejan a los españoles", continuó.
El presidente de Vox, que provocó que los diputados de la izquierda se revolvieran en sus escaños, se quejó de lo que cuesta, por ejemplo, mantener a los menores extranjeros no acompañados. "¿Saben cuánto cuesta mantener los centros de menas?, ¿Cuánto dinero, cuánta delincuencia, cuántos problemas de convivencia para que ustedes sigan cumpliendo con lo que les dictan sus jefes en Bruselas?", expuso.
Y continuó: "¿Van a negar ustedes que estas avalanchas migratorias pulverizan los salarios? En España hay, les recuerdo, además de una seguridad social en quiebra, más de tres millones de parados. Y millones más que, aun trabajando, tienen salarios de miseria. Por cierto, muchos de ellos inmigrantes legales que han llegado cumpliendo nuestras normas y con el propósito de integrarse, ellos sí merecen nuestro apoyo y nuestro absoluto respeto", lamentó.
Abascal predijo que tras su intervención le acusarán de "racismo, xenofobia e insolidaridad", como hacen con Matteo Salvini y, antes, con el húngaro Viktor Orbán por "defender sus fronteras y no ceder a la imposición globalista".