Un barón del PSOE rompe la unidad y le discute a Sánchez ir a otras Elecciones
En Ferraz reina Sánchez con puño de hierro y nadie levanta la voz ni le discute. Salvo el extremeño Vara, que se ha atrevido a llevarle la contraria tímidamente.
Los barones del PSOE ya no existen: o se callan o, directamente, se han entregado a Pedro Sánchez con todas sus armas, hasta el punto de tragarse sapos que en el pasado les hubiera hecho saltar. Es el caso de Navarra, donde los socialistas gobiernan gracias a Bildu y los pactos con la heredera de Batasuna se suceden a menor escala.
Pero los Page, Vara o Susana guardan un escrupuloso silencio, conscientes de que no están en posición de medirse a un secretario general ahora definitivamente todopoderoso. Hasta ahora, así ha sido al menos desde hace meses.
Solo un atisbo de crítica, inesperada, ha saltado este lunes, por boca del presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. En contra de la estrategia oficial de Moncloa y Ferraz, consistente en ir de nuevo a Elecciones o en su defecto conseguir un cheque en blanco de Podemos, el barón extremeño ha roto un poco el consenso impuesto con mano de hierro.
El extremeño, callado por lo de Navarra, sí se atreve ahora a rechazar unas nuevas Elecciones en noviembre
"La gente está muy cansada y no ven que volver a las urnas vaya a ser bueno para nadie", ha asegurado el presidente de Extremadura, que considera que movilizar un electorado para alcanzar cuotas de participación por encima del 70 por ciento "es más fácil hacerlo en condiciones normales" y no "cuando uno lleva votando cuatro veces en un año", se ha atrevido a decir en una entrevista en Onda Cero.
"No nos acostumbremos"
Así, ha reiterado que no tiene ninguna percepción clara sobre lo que pasará si se repiten las elecciones, pero ha denunciado que los políticos "no pueden acostumbrar" a los ciudadanos a ir siempre a nuevas elecciones si no se ponen de acuerdo.
"No nos podemos acostumbrar a que tenemos que ir siempre a la tercera, como nos acostumbremos malo", ha señalado Vara, detractor también de un Gobierno dependiente de los independentistas. Algo que, de manera directa o indirecta, está cerca de pasar: desde el PNV hasta ERC, todo indica que su respaldo será necesario ahora y después de otros comicios.