Iglesias estudia darle una sorpresa al Rey "obligándole" a proponer a Sánchez

¿Qué le dirá Pablo Iglesias al Rey cuando se vean el martes por la mañana en La Zarzuela? De todos los encuentros que Felipe VI mantendrá con hasta 15 representantes de partidos presentes en el Congreso -todos a excepción de ERC y Bildu-, éste es el más decisivo: si el líder de Podemos le garantiza que respaldará la investidura de Sánchez, al Jefe del Estado no le quedará más remedio que proponerle, diga lo que diga el líder socialista.

Así lo sugieren a ESdiario fuentes próximas a los tres grandes protagonistas del sainete: Podemos, el PSOE y, obviamente, la Casa Real. Todo depende de Iglesias, pues, y aunque a estas horas es imposible acertar en un pronóstico, ya nadie descarta lo que el propio aludido ha ido desmintiendo hasta ahora: un respaldo gratis e incondicional que Sánchez solo quiere si va acompañado de un compromiso de legislatura.

Algo que Iglesias puede darle, formalmente, y romper a medio plazo cuando la realidad de los 123 diputados se imponga, una minoría muy débil, y empiecen a llegar incumplimientos: ése sería el momento en que Podemos podría "romper", agitando la bandera de la izquierda y compensando la humillación del cheque en blanco que ahora tendría que concederle.

Hay otra opción, y depende en buena medida de los sondeos, que es lo que inclinará la balanza en Podemos: si otras Elecciones mantuvieran el panorama actual, quizá con diez diputados más para el PSOE y diez menos para Podemos, no habría miedo a acudir a las urnas.

Pendientes de los sondeos

"Nos necesitaría igual que ahora, y ya no se podría oponer a una coalición ni amenazar con otras Elecciones, las terceras en menos de un año. No tendría ni argumentos ni capacidad de sobrevivir a ese veto, ni siquiera a oponerse a que el propio Iglesias entrara ahora sí en el Gobierno", explican desde el entorno del partido morado.

No es un calentón, pues, lo que motiva el enfrentamiento entre Sánchez e Iglesias. Es una cuestión artimética, de escaños puros y duros, lo que decantará el pulso. Como en la película, el límite es de 48 horas, y aunque Sánchez se siente profundamente superior a su rival y aliado, éste guarda una bala demoscópica en la recámara. Si no baja de 30 o 35 escaños, no tendrá miedo a medirse de nuevo en las urnas.

Las horas decisivas

Durante su audiencia con el presidente del Gobierno en funciones, el martes por la tarde y después del contacto con Iglesias, Rivera, Casado y Abascal; el Rey deberá comunicarle a Sánchez si le vuelve a proponer o no como candidato a la investidura.

Si hubiera un acuerdo que permitiera investir presidente, el Pleno debería convocarse como muy tarde para el día 20, con el fin de que la primera votación, en la que el candidato necesita mayoría absoluta del Congreso, se celebrase el día 21 y la segunda, en la que solo se requiere mayoría simple, 48 horas después, el mismo día 23.

El artículo 99 de la Constitución establece que si pasados dos meses desde la primera votación de investidura ningún candidato ha sido investido presidente, el Rey disolverá las Cortes y convocará nuevas elecciones con el refrendo de la presidenta del Congreso. En este caso, los comicios tendrían lugar el 10 de noviembre.