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Trapero se echa a temblar: la sentencia trae las peores noticias para su juicio

La condena por sedición al consejero de Interior, Joaquín Forn, y los demoledores párrafos que la resolución de Marchena le dedica a los Mossos, auguran una nueva condena en enero.

Trapero, el día que llegó a declarar de uniforme a la Audiencia Nacional.

Publicado por
Miguel Blasco

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"Han quedado evidenciados episodios de auténtica complicidad (...) y casi connivencia motivadas quizás por la coincidencia ideológica o por la seguridad de que esa forma podían granjearse el aplauso y beneplácito de esos ciudadanos rebeldes o de los responsables políticos".

Este extracto de la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés ha caído como un jarro de agua fría sobre la segunda pata de la trama sedeciosa del 1-O. Ese extracto y, sobre todo, la condena de 10 años y 6 meses por sedición para el consejero de Interior, Joaquín Forn.

Esa segunda pata afecta a los más estrechos colaboradores de Forn en los días calientes del procés, el equipo con el que departió, diseñó y consensuó la estrategia de los Mossos para el referéndum ilegal. Un equipo liderado por el Mayor José Luis Trapero, que tiene cita con el banquillo de la Audiencia Nacional el próximo 20 de enero.

Trapero, que declaró solo como testigo ante el tribunal presidido por el juez Marchena, se sentará en la Audiencia acompañado de su inmediato superior, el director general de la Policía catalana Pere Soler; del secretario general de Interior, Cesar Puig; y de la intendente Teresa Laplana.

La Fiscalía pide para todos ellos delitos de rebelión y sedición aunque la sentencia conocida este lunes obligará, a juicio de todos los expertos, a eliminar la primera imputación.

El Mayor José Luis Trapero, declarando como testigo en el juicio del procés en el Supremo.

Sin embargo, el armazón argumental de la resolución de Marchena y sus otros seis compañeros de tribunal es demoledor para el horizonte procesal de Trapero. La sentencia dibuja en su apartado sobre los Mossos un escenario no únicamente de pasividad, sino de connivencia y complicidad.

Marchena da por probado que Forn "aceptó los criterios expuestos por el jefe de los Mossos firmando como objetivo prioritario de la intervención policial preservar la convivencia".

Y va más allá aún. "Con ello disimulaba su verdadero propósito de que la actuación de los Mossos no constituyera un riesgo para el objetivo delictivo de los coacusados". Todo un elemento de peso para las acusaciones en el juicio que arrancará en enero.

Y también alude la sentencia del Supremo a los sucesos de la horas previas al referéndum ilegal. "Los Mossos no interfieron la emisión de votos, más allá de alguna actuación aparente y en un número mínimo de centros. En algunos casos, llegaron incluso a recoger, hacerse cargo y trasladar material electoral".

Con toda esta cosa juzgada se sentará el 20-E en el banquillo de la Audiencia el extodopoderoso jefe de los Mossos. Desde este lunes, él y sus abogados saben que su horizonte judicial es mucho más oscuro que hace 48 horas.