El presidente del Parlamento Europeo baja los humos a Puigdemont y da un portazo
El nuevo presidente de la Eurocámara ata en corto al expresidente catalán tras reactivarse la tercera euroorden en su contra. De momento, tiene prohibido el acesso para su propaganda.
Si Antonio Tajani, expresidente de la Eurocámara, fue un auténtico azote para Carles Puigdemont, su sucesor no tiene la intención de rectificar en esa estretegia. Para que el expresidente fugado no use las instalaciones del legislativo europeo y sus aliados en su interior para azuzar a la opinión internacional contra España.
El Parlamento europeo ha decidido este martes "reactivar" la prohibición de entrada a sus instalaciones de Puigdemont, como medida de prevención después de que el juez Pablo Llarena, haya enviado una nueva orden de detención y entrega europea contra el líder independentista.
Las normas sobre privilegios e inmunidades de las instituciones europeas establecen que el Parlamento Europeo es un lugar "inviolable" al que la Policía belga no podría acceder libremente si fuera necesario, si no es con la autorización previa del presidente de la institución.
Se trata de una medida que ha tomado el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, por iniciativa propia y como medida preventiva, tras tener conocimiento de la existencia de la nueva euroorden, según han explicado fuentes parlamentarias.
El presidente de la institución europea retoma así una disposición que en su día tomó su predecesor en el cargo, el conservador italiano Antonio Tajani, cuando Llarena reclamó por primera vez a Puigdemont en noviembre de 2017.
La medida es un "automatismo", añaden las fuentes, que precisan que su reactivación no se ha producido porque ningún eurodiputado o grupo haya presentado queja, ni porque el expresidente catalán haya intentado entrar en las instalaciones en las últimas horas.
Sassoli ha comunicado su decisión a los servicios de seguridad de la institución europea para que de ahora en adelante no se permita la entrada de Puigdemont, que sí tuvo acceso como invitado a la sede del Parlamento europeo durante el tiempo en que la petición de entrega a las autoridades españolas estuvo desactivada.
La decisión de impedir su acceso a los edificios de la Eurocámara, recuerdan fuentes parlamentarias, "se tomó en su momento en el marco de la cooperación entre Estados miembro e instituciones europeas".