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Iceta impone la España plurinacional y Sánchez vuelve a comer de su mano

Los socialistas catalanes han hecho una demostración de fuerza que deja a los barones ante la cruda realidad. Para algo el PSC dio la batalla por el actual líder en la guerra con Susana.

Sánchez, en un cariñoso gesto con Iceta.

Publicado por
Miguel Blasco

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Ahora, España, ha sido el lema de precampaña de Pedro Sánchez. En unos meses puede ser Ahora, varias Españas.

Más de un barón socialista se ha tragado un sapo de indudable envergadura este miércoles, después del sainete con el programa electoral del PSOE para el 10-N. Y no en cualquier aspecto, en su tronco fundamental, el modelo de España que quiere Sánchez para las próximas décadas.

Y es que, el martes, la cúpula socialista había filtrado una redacción que aparcaba las veleidades federalistas de un sector del PSOE, con el PSC a la cabeza.

Incluso, se aseguraba desde algunas fuentes que Sánchez había optado por no incluir referencias en el articulado a la Declaración de Granada, la apuesta por el modelo autonómico que apadrinó durante su mandato Alfredo Pérez Rubalcaba, que incluso suscribió entonces Pasqual Maragall. El polvorín catalán obligaba a la cautela.

De hecho, por esta cautela, tampoco se incluía su puesta a punto posterior, la Declaración de Barcelona, con la que el Sánchez ya secretario general dio el salto al modelo federal y plurinacional.

Pero precisamente un hijo político de Maragall, Miquel Iceta, el que ha dado un golpe de mano en Ferraz haciendo exhibición de su poder y de su influencia en La Moncloa. Todos los socialistas se han comido el sapo en cuestión que causa pavor en esta coyuntura: la "España plurinacional".

El PSC se ha movilizado para que el PSOE incluyera finalmente en su programa electoral una referencia implícita a la apuesta que Sánchez sí asumió en 2017 para impulsar una reforma constitucional que avance hacia la España federal y plurinacional.

Un día antes de que el Comité Electoral, que controla Iván Redondo, aprobase este miércoles el programa definitivo, Iceta conoció que la última versión del texto borraba cualquier referencia, a diferencia del programa electoral de abril, a ambos textos rubricados en Granada y Barcelona.

La Declaración de Barcelona, que el PSOE y el PSC pactaron inmediatamente después de la victoria de Sánchez en las primarias que le devolvieron a la Secretaría General del partido, fue en realidad el pago a Iceta por los servicios prestados durante la batalla contra Susana Díaz.

Cuando el martes se filtró a la prensa el último borrador, el PSC, con su primer secretario al frente, se movilizó para exigir a Ferraz la inclusión de esas referencias a las declaraciones de Granada y Barcelona.

Sánchez, en una reunión con los barones territoriales del PSOE en Ferraz.

Fuentes de los socialistas catalanes atribuyen ahora la omisión, y el esperpento con una cuestión tan vital, al hecho de que los comités de campaña con frecuencia prestan mucha atención a otros aspectos de estrategia, y no tanto al contenido detallado de los programas.

Tras la imposición, el texto del programa para el 10-N reza así:

"Mejoraremos la colaboración institucional con todas las comunidades autonómas y abordaremos el conflicto de convivencia en Cataluña impulsando el diálogo entre catalanes y también entre el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña, siempre dentro de la Constitución y del Estatuto de Autonomía. Al menos desde 2003, en Santillana del Mar, el PSOE se ha comprometido a las reformas necesarias para un nuevo impulso del autogobierno, luego concretadas en la Declaración de Granada de 2013 y en la Declaración de Barcelona de 2017".

Todo un melón dispuesto a ser abierto en un momento muy delicado en Cataluña y con una reforma del Estatuto de Guernica que se está tramando en el Parlamento Vasco, con un PSE socio en el Gobierno con el PNV, y con Bildu en la mesa de expertos juristas que la preparan.

Una vez más, Sánchez juega con fuego. No tiene mucho margen por que los resultados del PSC van a ser decisivos el 10-N. El 28-A Iceta mantuvo el tipo aunque por primera vez las generales en Cataluña las ganó ERC. Y mientras, los barones y el susanismo antes tan activos en este asunto, callan.

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