La trampa que Sánchez le ha tendido a La Zarzuela crea un lío serio a Felipe VI
Nadie entiende en ámbitos diplomáticos, por inoportuno e inconveniente, el viaje que el Gobierno le ha organizado al Monarca al régimen castrista. Y con feo a la oposición democrática.
Fue uno de sus primeros antojos tras su llegada a La Moncloa a manos de la moción de censura: coger el Falcon y visitar Cuba. Allí, Pedro Sánchez agasajó al recién nombrado líder del régimen, Miguel Díaz Canel y comprometió una visita oficial de los Reyes a la Isla. Ahora llega el viaje, en el momento más inoportuno. Dos días después de las elecciones, con Cataluña ardiendo y con Chile, Bolivia y Argentina en ebullición.
Y además, Exteriores ha diseñado un viaje en el que el Rey no recibirá a la oposición democrática al castrismo. Felipe VI mantendrá un encuentro con destacados miembros de la sociedad civil cubana, pero no con líderes de la oposición organizada, durante el viaje de Estado que él y la Reina Letizia harán al país entre los próximos miércoles y viernes.
Fuentes diplomáticas han explicado que el papel del Rey es ejercer la representación de España y apoyar la defensa de los intereses del país, no hacer política, y que es al Gobierno a quien corresponde el diálogo sobre derechos humanos con Cuba.
El viaje de los Reyes, que el Gobierno ha anunciado oficialmente este jueves, pretende culminar la normalización de las relaciones con Cuba y corregir una anomalía histórica, porque será la primera visita de Estado de un Rey de España a la isla.
Las mismas fuentes han subrayado que el viaje no supone ninguna manifestación de apoyo al régimen cubano, sino, simplemente, una normalización de las relaciones con un país de la comunidad iberoamericana, y avisan contra el "doble rasero" entre Cuba y otros países "no estrictamente democráticos".
Con todo, en la agenda sí se ha incluido una reunión del Rey con miembros de la sociedad civil cubana, tal como hizo Sánchez hace un año y el ministro Josep Borrell en octubre. Algunos, han señalado las fuentes, son personas destacadas y mantiene una línea de trabajo y de actuación que aconseja mantener cierta reserva sobre la reunión.
Las mismas fuentes han dejado claro que el viaje no se suspenderá o aplazará sea cual sea el resultado electoral, pese a que los Reyes saldrán de Madrid el 11 de noviembre, un día después de las elecciones generales.
El viaje comenzó a prepararse a raíz de la visita de Sánchez a La Habana en 2018 -que también fue histórica, la primera en 32 años- con una invitación que tenía como marco el quinto centenario de la fundación de La Habana, que se cumple en noviembre, y cuando se aceptó la invitación no estaba prevista la repetición electoral.
Eso sí, el Gobierno ha considerado que el Rey no debía ser un asistente más a las conmemoraciones que tendrán lugar los días 15 y 16, sino que han querido darle a la visita una individualidad para poner en valor la historia común de los dos países precisamente en torno a esa efeméride.
El viaje tendrá un marcado componente institucional e incluirá un encuentro del Felipe VI con el presidente cubano, Miguel Díaz Canel. No está en la agenda, en cambio, ninguna reunión con su antecesor, Raúl Castro. El día 12 habrá una cena oficial de las dos delegaciones, pero sin discursos de los jefes de Estado.
La visita comenzará con la habitual ofrenda floral ante el monumento a José Martí y habrá un recibimiento con honores en la sede del Consejo de Estado. En la parte más política de la visita, los dos ministros de Exteriores firmarán el Marco de Asociación País -el documento de planificación de la cooperación-.