La gesta de los 52 de Vox: ganan en 2 circunscripciones y superan al PP en 7 más
Espectacular resultado del partido de Santiago Abascal: 52 diputados, 2 senadores, 3.500.00 votos (15%), victoria clara en Murcia y Ceuta y a pocas décimas de adelantar al PP en Andalucía.
"Hoy se ha consolidado en España una alternativa patriótica y social", proclamó Santiago Abascal desde su nueva sede de la calle Bambú, al norte de Madrid, poco después de las diez y media de la noche: "Habéis sido protagonistas de la mayor gesta política de la historia de la democracia española".
Los datos lo avalan. Es el triunfador indiscutible de la noche del 10-N. Ha logrado más que doblar su resultado de abril, con una subida de cinco puntos y 28 diputados nuevos que añadir a los 24 que tenía, sumando 52.
Se convierte en la tercera fuerza política nacional, dejando en evidencia no solo la "alerta antifascista" decretada por Pablo Iglesias el 28-A, sino la displicencia y prepotencia con la que Vox fue tratado por Cs en las negociaciones para la conformación de gobiernos autonómicos y municipales.
Hace once meses el partido solo tenía una representación anecdótica en pocos y pequeños ayuntamientos, y hoy goza de un grupo parlamentario con un poder que va más allá del turno de palabra en el Congreso o del espacio obligado en los informativos. El propio Abascal se encargó de recordar ante sus seguidores: "Recurrir todas las leyes liberticidas y anticonstitucionales que los demás partidos dejaron pasar".
Donde mejor se aprecia el terremoto que supone el ascenso de su formación es en la letra pequeña de los resultados, más que en su panorámica nacional. Vox se ha hecho con la victoria en dos circunscripciones. En Ceuta, con el 35,29% de los votos, se lleva el único escaño en disputa. Y en Murcia, con el 27,99% de los sufragios, ha ganado las elecciones y consigue tres diputados. Ambas victorias se traducen además en la obtención de dos senadores, que se sumarán al de designación autonómica que ocupa Francisco José Alcaraz.
Pero aún más espectacular es el resultado andaluz. Allí se valoraba también su ejecutoria de casi un año, si no en el gobierno, sí en la elaboración de los presupuestos y en las consiguientes líneas directrices de la política de la Junta. Ha obtenido tres diputados menos que el PP, pero con un porcentaje idéntico en torno al 20% de los votos.
Los populares quedaron por encima por poco más de una décima en el conjunto de la comunidad autónoma, pero Vox les arrebató la condición de segunda fuerza en Almería, Cádiz y Huelva, estando en empate casi milimétrico en Málaga (0,11 por debajo) y Sevilla (0,13 por encima).
Vox les supera asimismo en Guadalajara y en dos provincias catalanas, Gerona y Tarragona. Y han cosechado resultados excelentes en Castilla-La Mancha (21,92%) y Comunidad Valenciana (18,48%). En Castilla y León, donde el PP recupera la victoria que se le escapó hace medio año, Vox pasa de 1 diputado a 6, al lograr en las circunscripciones medianas el puesto que entonces ocupó Ciudadanos.
Sin superar los dos dígitos, Vox ha crecido en Cataluña (consigue un segundo diputado por Barcelona), País Vasco, Navarra y Galicia. Allí el 7,8% logrado, muy uniforme en las cuatro provincias, puede suponerle a Alberto Núñez Feijóo en 2020 más quebraderos de cabeza de los que presumía.
En cualquier caso, Vox tiene un problema en las comunidades con mayor arraigo nacionalista, algo lógico por su planteamiento contrario al sistema autonómico. Eso sí, cuando Abascal fue leyendo uno a uno los escaños logrados en cada circunscripción (coreados por los presentes), quiso dirigirse a todas las provincias donde su partido no ha obtenido escaño para tranquilizarles: "Tenéis 52 diputados que os representan porque nosotros representamos a toda la nación".
Pablo Casado ve alejarse por un tiempo la sombra del "sorpasso". En abril tuvo a Ciudadanos a menos de un punto y a 9 escaños, un vértigo que a Albert Rivera le llevó a cometer los errores que le han costado un importante batacazo. Ahora el PP tiene a Vox a casi seis puntos y 35 diputados de distancia.
Pero Abascal ha demostrado un temple mucho más constante y un discurso más estructurado que el de Ciudadanos. Así que sus 52 escaños no son solamente un desafío aritmético para el bloque del centro y la derecha, sino sobre todo un desafío de principios, de posicionamiento y de estrategias a largo plazo.
De hecho, Abascal dibujó en su discurso de celebración electoral unos planteamientos como alternativa que exceden la clásica división en bloques y están ahora respaldados por 3.500.000 votos: "Unidad nacional y restauración del orden constitucional y de la igualdad de los españoles en todo el territorio, libertad frente a las mordazas y las leyes que impone la dictadura progre, concordia frente a los viejos odios, fronteras seguras frente a la inmigración ilegal, defensa de la familia y de la vida frente al relativismo, atención a la emergencia social de millones de familias y una España respetada en el mundo a la que sus socios no se nieguen a entregarle a sus prófugos golpistas".
El líder de Vox no dudó en dirigirse a los votantes de izquierdas para asegurarles que "la alternativa patriótica y social de Vox también les incluye a ellos".
Mucho más importante que el mayor o menor peso que sus diputados puedan tener en la inmediata configuración de la oposición es la ruptura del discurso único que ha dominado en la política española los últimos cuarenta años. "Tenemos el derecho a defender nuestras ideas sin ser estigmatizados. Hemos logrado abrir todos los debates prohibidos", dijo Abascal ante los suyos. Es cierto. Vox ha hecho saltar en pedazos la dictadura ideológica de la izquierda y su tranquila aceptación por la derecha. Y eso ya no tiene marcha atrás con un altavoz tan potente como 52 escaños.