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La demoledora sentencia de los EREs da a Sánchez de su medicina y le hunde

Ahora el socialista se enfrenta a sus propias líneas roja y a su propia hemeroteca: "Yo soy implacable con la corrupción, sobre todo cuando afecta en primera persona a mi partido", decía.

La demoledora sentencia de los EREs da a Sánchez de su medicina y le hunde

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Laura Moro

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La condena de seis años de prisión para José Antonio Griñán y nueve de inhabilitación para Manuel Chaves por el caso de los EREs ha puesto en el ojo del huracán a Pedro Sánchez, un político que acusó a Mariano Rajoy de no ser "decente" y que después llegó a La Moncloa en 2018 a lomos de una moción de censura asentada en una sentencia de la caja B del PP cuanto menos controvertida.

No en vano, el juez José Ricardo de Prada incluyó en el fallo valoraciones que, según determinó la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional el mes pasado y reveló El Mundo, "destruyen la necesaria apariencia de imparcialidad que debe reunir todo miembro de un tribunal de Justicia".

Ahora Sánchez se enfrenta a sus propias líneas roja y a su propia hemeroteca, plagada de citas como ésta que pronunció en un programa de La Sexta:"Yo soy implacable con la corrupción, sobre todo cuando afecta en primera persona a mi partido". Por no hablar de que se le complica la negociación para la investidura.

Del presidente en funciones hay vídeos tan impagables como éste, en el que el socialista gesticula y exclama: "¡Basta ya de engaños y de fraudes!, ¡Basta ya de Ana Mato y de Jaume Matas!, ¡Basta ya de Cospedal y de Camps!, ¡Basta ya de Aguirre y de Aznar!, ¡Basta ya de Blesa, de Rato, de Rajoy!, ¡Basta ya del capitalismo de amiguetes que tanto ha hecho a un pueblo honesto, trabajador y decente como es el español! Es la hora de devolver la decencia y la limpieza a la política española compañeros y compañeras. ¡Basta ya!".

Ahora podría cambiarse Jaume Matas por José Antonio Griñán, Ana Mato por Magdalena Álvarez y Francisco Camps por Manuel Chaves.

El PSOE pretende colocar el cortafuegos en que ambos expresidentes de la Junta de Andalucía y del PSOE ya no son cargos públicos. Cabe recordar que Chaves y Griñán renunciaron a sus escaños en el Congreso y el Senado, respectivamente, en medio de la presión política y solamente cuando el Tribunal Supremo les hubo imputado delitos concretos.

Pero no será bastante para quien llevaba en su programa electoral el compromiso de aprobar un plan sobre regeneración democrática que incluya una ley integral sobre la lucha contra la corrupción. Y la supresión de los aforamientos "como prerrogativa personal, más allá del ejercicio de la función propia del cargo".