El Chicle pide perdón y su abogada 'vende' un increíble retrato de él
El acusado por el crimen de Diana Quer hizo uso de su derecho a hablar en el alegato final y su defensora se quejó de que solo se le haya querido presentar como un "monstruo".
José Enrique Abuín Gey, El Chicle, ha hecho finalmente uso de su derecho a la última palabra en el juicio por el asesinato de Diana Quer y lo ha aprovechado para "pedir nuevamente perdón" por sus actos. Su abogada ha sorprendido con un encendido parlamento en el que ha tratado de convencer al jurado de que, si bien su defendido es culpable, en el fondo no es más que un hombre perseguido.
El Chicle no ha concretado nada sobre su acción, tan sólo ha pronunciado 16 palabras, sin levantarse de la silla. "No tengo nada más que añadir a lo que dijo mi abogada y pedir nuevamente perdón".
Con anterioridad, Fernanda Álvarez Pérez, su abogada, se quejó de que "no hubo proceso acusatorio, hubo proceso inquisitorio". Ha cuestionado, así, todo el proceso, en el que no se ha respetado la presunción de inocencia, sino que ya se ha considerado al acusado culpable de los delitos de detención ilegal, agresión sexual y asesinato de Diana.
En su informe final antes de que el jurado popular se encerrara a deliberar sobre las acusaciones que pesan sobre Abuín Gey, la letrada defensora quiso mostrar todo su respeto a la familia de Diana Quer y su dolor, pero trató de convencerles de que "el dolor permanente no justifica la prisión permanente, la venganza, sí", en alusión a la pena que solicitan para el acusado.
La defensa reconoció que su cliente mató a Diana Quer y que es autor de un homicidio por imprudencia o, alternativamente, por un homicidio doloso, pero aclaró que por estos delitos debería ser condenado a dos años y medio o de cinco a siete años.
Tremendamente crítica con la actuación de la Fiscalía y la acusación particular, la letrada defensora denunció que ha "primado lo verosímil sobre lo verídico" y reclamó al jurado que empleen "la razón, no el corazón", que no se dejen llevar por las vísceras, sino por las pruebas, pues su acusado "se juega la cadena perpetua".
Víctima de la "presión e incomprensión social"
Fernanda Álvarez insisitió en que "en absoluto es insensible al dolor de la familia" y admitió que su cliente es culpable, responsable de matar a Diana Quer y arrojar su cuerpo a un pozo, algo que "es horrible" y que causa un "dolor infinito" en la familia, pero le recordó al jurado que "estamos en un Estado de Derecho, no estamos en la Edad Media" y, por lo tanto, este proceso judicial "no se trata de lapidar a un sospechoso".
La abogada también aprovechó para cargar contra los medios y su "toxicidad", por tratar a su defendido como "un monstruo", y también se presentó ella misma como víctima de la "presión e incomprensión social" " desde que se hizo cargo de la defensa del acusado como abogada del turno de oficio en enero de 2018.