El PSOE navarro borra el perverso historial de Bildu y lo sienta a su mesa
La presidenta de la Comunidad Foral, María Chivite, negociará con los herederos de Batasuna los Presupuestos ante el silencio clamoroso del socialismo, que cruza así otra línea roja.
Mientras los socialistas urden la forma de dejar a Vox fuera de la Mesa del Congreso, en Navarra negocian con Bildu la aprobación de los Presupuestos. Mientras intentan tender un cordón sanitario contra la tercera fuerza del arco parlamentario, sientan a la mesa a un partido heredero de Batasuna que no ha condenado los asesinatos de ETA.
Ésa es, en resumen, la bipolaridad de la que está haciendo gala el PSOE de Pedro Sánchez. El mismo que en verano, cuando María Chivite se convirtió en presidenta de la Comunidad Foral gracias a la abstención de Bildu, se escudó en que era una abstención gratuita que no comprometía a los socialistas a nada. "Para el PSOE como partido, todo el mundo lo sabe, no de ahora, que Bildu no es socio de gobierno en ninguna de sus formas", llegó a decir Carmen Calvo.
Pronto llegó el primer pago, el Ayuntamiento de Huarte, que el PSN donó a Bildu. Y ahora Chivite ha llamado a la puerta de Bildu dentro de su ronda de contactos, para explorar la posibilidad de recibir su respaldo a las cuentas públicas. La primera reunión será este miércoles por la tarde.
La normalización de Bildu como actor político en Navarra bajo la Presidencia del PSN ha provocado una enorme polémica. "No sé si los españoles entienden el intento de Sánchez de vetar a Vox y hacerle la ola a Bildu no sé si lo entienden los españoles", ha señalado la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas.
Y todavía la portavoz de Igualdad de los socialistas navarros, Nuria Medina, sigue mirando la paja en el ojo ajeno."Tenemos dudas del compromiso que tiene Navarra Suma (la coalición de centro derecha de UPN, PP y Cs) con la igualdad cuando dos partidos que la componen han gobernado al lado de la ultraderecha, que quiere acabar con nuestros derechos y banaliza con la violencia machista", declaró este martes, desviando la atención.
Claro que los guiños del socialismo no se limitan al escenario navarro. En julio el propio Sánchez dedicó estas palabras a la portavoz de Bildu en el Congreso, partido que se abstuvo en aquella investidura fallida y que es altamente posible que vuelva a hacerlo esta vez:
"En España tenemos mimbres suficientes como para desde el diálogo poder entendernos todos. Yo desde luego a su grupo no le veto, le respeto la legitimidad que tiene. Pero es evidente que tenemos serias discrepancias de presente, de futuro, pero también de pasado. Y ahí me quedo", afirmó sin mencionar a ETA.