La herencia de Marlaska: "menos prisión" y más acercamientos de presos de ETA
El Ministerio del Interior ha relajado el régimen penitenciario de 28 presos y ha acercado a otros tantos a prisiones más próximas al País Vasco.
Los datos sobre terroristas detenidos y su régimen penitenciario desde que Fernando Grande-Marlaska está al frente del Ministerio del Interior dejan un resultado inquietante, ya que el ministro ha apostado por el acercamiento de los presos al País Vasco y por relajar el régimen penitenciario de los presos, según los datos recopilados por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).
De hecho, el Ministerio del Interior ha autorizado desde que Marlaska es titular de esta cartera que 28 presos de la banda terrorista ETA dejen de estar clasificados en el régimen más duro al progresarlos del primer al segundo grado y ha autorizado 27 acercamientos.
A fecha de 30 de noviembre de 2019, en prisión hay 221 presos de ETA, ocho de ellos con carácter preventivos doce menos que en agosto de 2018, por cumplimiento de penas o por resultar absueltos. En primer grado están clasificados 166 etarras, frente a los 203 de hace año y medio y en segundo grado ahora hay 56 penados por delitos relacionados con la actividad de ETA.
En total, 28 etarras han sido progresados de primer a segundo grado (otros tres están ya en libertad), nueve han dejado de estar en primer grado por su puesta en libertad y otros dos también están en libertad tras pasar por el régimen abierto al estar clasificados en tercer grado.
Cuatro acercamientos fuera de las estadísticas
Según los datos de la AVT con información facilitada por el Ministerio del Interior y por el Gobierno en respuestas parlamentarias, desde que Marlaska es ministro se han autorizado 27 acercamientos de presos de ETA, más otros cuatro que no se incluyen en la estadística global: Javier Moreno fue progresado a un tercer grado que implicaba un traslado y también se autorizaron por cuestiones organizativas los de Sergio Polo, María Lizarraga e Iñigo Gutiérrez Gutiérrez.
Del total de acercamientos, todos son presos de ETA y dos del GRAPO. Solo dos tenían delitos de sangre: Kepa Arronategi (preso de ETA trasladado de Almería a Zuera el 13 de septiembre de 2018) y Fernando Silva Sande (preso del GRAPO que fue trasladado de Madrid a La Coruña el 26 de noviembre de 2018). Cuando el Gobierno del PSOE informó que procedería a un acercamiento de presos vinculándolo al fin de ETA, puntualizó que no se verían beneficiados presos con delitos de sangre y que, previamente, informaría a las asociaciones de víctimas.
Por el contrario, este tiempo, dos presos de ETA también han sido alejados del País Vasco. Se trata de Jon Enparantza, que pasó de la cárcel de Álava a la de Madrid el pasado 28 de octubre, y Arantza Zulueta, que fue trasladada desde Álava a la cárcel de Valencia el 11 de noviembre, según los datos recopilados por la AVT.