El abordaje de Sánchez a Juanma Moreno con una treta para esconder los EREs
Valencia triplica el déficit que dejó el PSOE en Andalucía, y Cataluña y Baleares lo empatan. Pero Moncloa solo interviene en San Telmo y éstas son las verdaderas razones del abuso.
Pedro Sánchez no olvida que el PSOE ha perdido Andalucía, especialmente tras comprobar que Susana Díaz ha dejado de ser un problema interno y que el futuro del socialismo andaluz pasa por sus manos.
En esa clave, y en la de tapar el escándalo de los EREs con otra polémica, hay que entender la insólita intervención de las cuentas de la Junta de Juanma Moreno con una carta sin previo aviso de un cargo menor del Ministerio de Hacienda.
"Una falta de respeto y una deslealtad", claman en el entorno del presidente andaluz, que se enteró anoche de una medida arbitraria decretada por la misma persona que ahora firma la intervención: las cuentas de 2018 en Andalucía llevan la firma de María Jesús Montero, que como ministra de Hacienda considera inasumible el mismo déficit que ella dejó como consejera andaluza.
Entre los populares, ya en Madrid, recuerdan que a Manuela Carmena se le fueron de mano las cuentas mucho más, hasta un punto denunciable en los juzgados, pero que Montoro prefirió no intervenir para no echar más leña a un fuego que ahora se alienta artificialmente. "Es un escándalo", afirman en el entorno de Juanma Moreno.
Y los datos le dan la razón, de una manera incontestable. El déficit andaluz heredado del PSOE es casi tres veces inferior al de la Comunidad de Valencia y similar al de Baleares o Cataluña, pero solo se ha publicitado la intervención para Andalucía, que no podrá financiarse en el mercado de deuda libre sin el visto bueno de Hacienda y dependerá del FLA. Pero allí gobiernan los socialistas o los independentistas; en Sevilla sigue firme el PP.
"Lo hicieron con Madrid en tiempos de Aguirre", recuerdan fuentes populares rememorando la época de Zapatero. "No pararon hasta que Hacienda metió la nariz en las cuentas madrileñas, que se financiaban más rápido y barato sin pasar por Solbes". Ahora se intenta lo mismo, pero con la mirada puesta en Sevilla y en un barón que ha hecho daño como pocos al PSOE.
Sánchez se va a comer toda la resaca del escándalo de los EREs y no soporta ver el éxito de Moreno en Andalucía
"Moreno está gobernando bien, con tranquilidad y resultados, y eso es algo que saca de quicio a los socialistas", aseguran. "Por eso Sánchez utiliza guante de seda con Cataluña y puño de hierro en Andalucía", resumen gráficamente.
"Se trata de hacer lo posible por evitar que la Junta baje impuestos y, además, invierta en Educación y Sanidad", los dos grandes puntales de Moreno, consciente de que el futuro de su Gobierno pasa por demostrar que, sin el PSOE, se puede reducir la presión fiscal y mejorar los servicios públicos. Algo que, con las cifras en la mano, está logrando: el desempleo va mejor que nunca en un lustro, la deuda se ha contenido y las inversiones extranjeras no dejan de crecer.
Y otra circunstancia explica lo que en San Telmo se toma como una "venganza" ejecutada con nocturnidad por un cargo de menor rango, incumpliendo la norma no escrita que impone llamadas previas de aviso y aplaza la decisión si los problemas económicos se refieren a un único año, cual es el caso.
La venganza por los EREs
"La sentencia de los EREs", consideran, está detrás de esta maniobra que además desvela "los problemas de Sánchez para lograr la investidura". El escándalo de corrupción andaluz por antonomasia ya tiene condenados a dos vacas sagradas del PSOE, pero está lejos de haber terminado: entre las más de un centenar de piezas pendientes de fallo, se esperan titulares muy estruendosos contra los socialistas.
Con Susana Díaz desactivada, todos los golpes son para Sánchez, que lleva casi tres semanas mudo en este asunto. Y casi en cualquiera. No es casual que haya desatado un intento de tormenta en Andalucía, por mucho que la responsable del agujero económico sea su ministra de Hacienda y probable relevo de Díaz como rival de Moreno en el futuro.
Pero al Gobierno andaluz le pilla fuerte. Las cuentas le salen. La alianza entre Moreno y Marín, entre PP y Cs, es cada día más sólida y Vox, el tercer invitado, mantiene un perfil bajo constructivo. "Han tratado a los andaluces como españoles de segunda, y eso se paga".
El pulso acaba de comenzar
Es el diagnóstico final para un pulso que, en realidad, acaba de comenzar y viene rodeado de cinismo: uno de los primeros acuerdos de Sánchez e Iglesias tras la moción de censura fue intentar elevar el techo de gasto municipal y aprobar uno más alto para el Gobierno de la Nación.
Ahora se sirven de una ley que criticaban y de unas cuentas que son legado suyo para intentar doblegar al PP andaluz. Pero tiene pinta de que han pinchado en hueso.