"Pinchazo" de Tsunami, batalla campal y nuevo golpe a la imagen de Cataluña
Los radicales han reconocido que han fracasado en su objetivo de reventar el Barça-Real Madrid. Pero lo sucedido dentro y fuera del Camp Nou debería hacer reflexionar a Sánchez.
Un escaparate planetario. Inmejorable escenario para hacer viral una proclama. Casi 100.000 personas en el campo, los dos equipos más mediáticos del mundo, un independentismo crecido y un Gobierno, el de Pedro Sánchez, maniatado por sus necesidades y por la decisión del presidente en funciones de revalidar el cargo a cualquier precio.
Y al final, una batalla campal a las puertas entre Mossos y radicales, la rendición de la directiva del Barça permitiendo una pancarta contra España ante una audiencia de 650 millones de espectadores en todo el mundo, la suspensión del partido durante dos minutos por el lanzamiento de bolas amarillas, y los asistentes abandonando el estadio por puertas secundarias.
Y pese a todo esto, Tsunami ha reconocido que ha fracasado en sus intenciones iniciales de reventar la cita más esperada. "La segunda fase (tras la exhibición de la pancarta) estaba reforzada con una gran acción que por la actuación policial no ha podido ser realizada".
En los alrededores del estadio han reaparecido además los ultras del Barcelona, los Boixos Nois, que han protagonizado enfrentamientos con radicales independentistas. Los Mossos han protagonizado cargas con momentos de gran tensión y los bomberos se han visto obligados a actuar en varios lugares. Se han registrado más de una decena de heridos.
El primer conato de polémica se ha producido antes del partido cuando la seguridad de Barcelona ha retirado caretas de Leo Messi repartidas a los aficionados al entrar en estadio.
En algunos casos se han producido momentos de tensión entre aficionados y miembros del dispositivo de seguridad privada del club durante los registros en los controles de acceso debido a la retirada de estos efectos.
Dos independentistas a las puertas del Nou Camp con carteles contra el Gobierno y en favor de los presos.
Antes del partido, los Mossos han blindado literalmente los accesos al Estadio. Unas 5.000 personas se concentraron convocados por Tsunami Democràtic en los alrededores del Camp Nou para exigir diálogo al Gobierno -bajo el lema #SpainSitAndTalk-, "derechos, libertad y autodeterminación", y los manifestantes han enarbolado banderolas con este mensaje, además de pelotas inflables, globos y banderas esteladas.
A partir de las 16 horas algunas calles de la zona han sido cortadas, como la confluencia de Arístides Maillol con Travesera de Gracia, la rotonda donde confluyen las calles Arístides Maillol y Doctor Marañón, y la calle Comandante Benítez.
A lo largo de la tarde, Tsunami ha repartido cartulinas con el mismo mensaje de España, siéntate y habla. A través de su canal de Telegram, Tsunami ha llegado a pedir a los Mossos "prudencia, profesionalidad y proporcionalidad" ante sus acciones. Tras el pitido final, los radicales han reconocido que no han logrado todos sus objetivos.
Eso sí, finalmente, su objetivo propagandístico de reventar el clásico sí lo han logrado. Bochorno y batalla campal, incluidos. Con el enésimo gol a La Moncloa.