El PP estalla tras tender la mano a Pedro Sánchez y recibir a cambio una patada
Los populares se escandalizan de que el PSOE siga "negociando con delincuentes" tras ofrecerle ayuda para librarse del separatismo y lanzan una batería de críticas al respecto.
El PP está anonadado y escandalizado con la actitud de Pedro Sánchez, callado como de costumbre en las últimas semanas en un momento muy delicado: necesita apoyos desesperadamente para lograr su investidura y, a quienes se los quiere sacar, no tienen intención de recular en sus exigencias y viven unas horas dulces tras el fallo del Tribunal Europeo.
La receta popular es simple: ofrecer una alternativa pero, de ser de nuevo rechazada como parece probable, denunciar como nunca la actitud del PSOE. Un adelante, en fuentes populares: "El PSOE no puede ser el caballo de Troya del separatismo; tampoco en las instituciones europeas, la Diputación de Barcelona, ni los 40 ayuntamientos en los que mantiene acuerdos de Gobierno".
La ira popular se concentra ahora en la vicepresidenta, Carmen Calvo, que lleva horas dando pistas de que su partido mantiene su hoja de ruta con ERC: le echó la culpa a Rajoy de la resolución judicial europea y apostó, con insólita claridad, por dejar de lado los tribunales y apostar por "vías políticas".
Signifique eso lo que signifique, que no es fácil de traducir y para unos equivale a ayudar a salir de prisión a los presos; para otros crear una mesa de negociación oficial sin vetos y, para algunos más, incluso buscar la fórmula para celebrar una consulta no vinculante en Cataluña, tal y como adelantó Antonio Martín Beaumont en ESdiario hace dos semanas.
"La misma consejera que formó parte de los gobiernos de los ERE de Andalucía es la que dice que la culpa de la decisión del Tribunal Europeo la tiene el PP. ¿También nos echará la culpa de negociar con partidos que no condenan el terrorismo etarra, de plegarse a los independentistas o firmar un acuerdo opaco con los comunistas de Podernos? Calvo representa el esperpento en el que se ha convertido el PSOE", explican las mismas fuentes.
¿Llamada de Sánchez?
Pese a la indignación, los populares dejan una puerta abierta a Sánchez con la misma claridad. "Ante el desafío de los separatistas al orden constitucional, el PP mantiene la mano tendida al Gobierno en funciones para garantizar que la Constitución se cumpla en Cataluña y en el resto de la nación, que es única e indivisible. El problema es que Sánchez no quiere actuar con aquellos con los que quiere pactar".
El propio Pablo Casado ha puesto voz a esas propuestas, insistiendo en que Junqueras debe "seguir en prisión" y Puigdemont acabar "en el banquillo". ¿Qué pasará ahora? ¿Llamará Sánchez al PP e incluso a Inés Arrimadas si ERC no se baja del burro por miedo a que Puigdemont resucite como líder del separatismo? Nadie lo sabe, pero algo es seguro: la investidura está en el aire y en Reyes no habrá mucho más que carbón para el líder socialista.