La revelación del PP vasco hunde a un socialista orgásmico con la debacle de Cs

Una de las revelaciones políticas de 2019 ha sido Beatriz Fanjul. La única diputada del PP vasco (y de todo el centroderecha) en el Congreso de los Diputados es una joven de 28 años a la que muchos comparan ya con Cayetana Álvarez de Toledo, por no tener pelos en la lengua a la hora de defender sus posiciones o de comentar la actualidad en redes sociales.

Fanjul se hizo célebre como la primigenia Bea Talegón en el PSOE, cuando lanzó un discurso muy juvenil y distanciado de su controvertida militancia actual en el independentismo. Ocurrió en 2018, en una reunión de las Nuevas Generaciones de Euskadi:

"Goyo nos diría que no tuviéramos complejos. Políticos como él no queda ninguno. Sin miedos ni complejos. Con esa altura no hay nadie ni en el País Vasco ni España".

Desde aquel día, su estrella creció, muy ligada al propio Pablo Casado y con padrinos como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, al que le une una amistad más que cercana. Génova vio en ella un revulsivo para relanzar al partido en una zona casi imposible pese a los esfuerzos de dirigentes tan notables como Borja Sémper, Iñaki Oyarzábal o Alfonso Alonso.

Recientemente, Beatriz Fanjul ha vuelto a hacerse viral. Y no precisamente a cuenta del Partido Popular, si no por el ataque mordaz que un miembro de Juventudes Socialistas de Valencia lanzó en Twitter contra Ciudadanos.

Agustín Blanco decidió acompañar el gráfico con la ubicación en la Cámara Baja de los exiguos 10 diputados que lograron los naranja en las pasadas elecciones del 10 de noviembre -frente a los 57 conseguidos el 28-M- con la siguiente frase: "Follar esta genial, pero ver esta imagen mucho mejor".

El comentario no pasó nada desapercibido para Beatriz Fanjul, que decidió dar al imberbe progre de su propia medicina.

"Virgen fijo", publicó la diputada del PP vasco, logrando miles de retuits, así como infinidad de comentarios a favor del zas en toda la boca arreado al tal Agustín Blanco, que tal vez se haya visto obligado a revisar su ideario del placer sexual.