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Esther Argerich recupera su piso pese a Montero y Colau y así lo ha encontrado

La propietaria de Barcelona a la que Podemos quemó en la pira pública por, supuestamente, no tener compasión de una familia con tres niños cuenta su historia: "Me han hecho un linchamiento".

Esther Argerich recupera su piso pese a Montero y Colau y así lo ha encontrado

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Esther Argerich, la propietaria de un piso en Barcelona a la que Irene Montero puso en el punto de mira porque supuestamente pretendía desahuciar por las bravas a una familia con tres niños menores, se ha decidido a contar su historia en el portal Idealista.

El 20 de diciembre recuperó su vivienda de 140 metros cuadrados, cinco habitaciones y tres baños en el barrio de Gràcia -cerca de la Sagrada Familia- después de un año de "acoso" y "coacciones" -dice- del Sindicato de Inquilinos.

Y asegura que en este tiempo ha pasado un calvario por, únicamente, querer recuperar la vivienda que heredó de sus padres 12 años después.

"Concentraciones violentas delante de la agencia inmobiliaria con pancartas con mi nombre y apellido, repartieron folletos por las calles con datos personales míos, fueron a mi domicilio a repartir folletos a los vecinos, engancharon carteles con mi nombre y otros datos personales por todo el barrio, hicieron llamadas telefónicas en mi lugar de trabajo, explicando la historia a mis compañeros de trabajo, se pusieron en contacto con el sindicato de la CGT y montaron una convocatoria en un local de mi propio trabajo", enumera.

"Me han hecho un linchamiento público y todo para quedarse con mi piso a precio de ganga", añade.

Según Argerich, la familia inquilina se dedicaba a realquilar una de las habitaciones sin su permiso. "Me enteré por gente que los conocía que desde el principio que estaban en el piso habían estado realquilando habitaciones y haciendo negocio con mi piso y sin mi permiso. También me he enterado del nivel de vida que llevaban, que en ningún caso es asimilable a personas en situación de vulnerabilidad, haciendo viajes por todo el mundo", afirma.

Y para demostrarlo publica una foto del cerrojo que colocaron en la puerta de una de las habitaciones para realquilarla ilegalmente.

La propietaria rememora el día en que, después de varios aplazamientos, finalmente se ejecutó el lanzamiento, el 20 de diciembre.

"Los simpatizantes del Sindicat de Llogaters y l'Oficina d'Habitatge popular de Gràcia fueron el día anterior al lanzamiento ante el edificio y montaron una fiesta en la calle hasta altas horas de la mañana no dejando dormir a los vecinos. A continuación entraron en la escalera y en mi piso y se quedaron a dormir con mantas y sacos de dormir, ensuciándolo todo. Por la mañana inhabilitaron todas las entradas y salidas del edificio (puerta de entrada, ascensores, terrados)", narra.

"Los vecinos quedaron secuestrados en el edificio sin poder salir. Hubo quejas porque no pudieron ir a trabajar, o al médico, o a comprar) en toda la mañana que duró el desahucio". No obstante los Mossos disolvieron la protesta.

"Los inquilinos aún alegaban que tenían un piso social y que se lo daban a mediados de enero y que entonces se irían de forma voluntaria. Y la Alcaldesa de Barcelona envió mensajes diciendo que pararan el desahucio, que se esperara a que les dieran el piso. Pero, los inquilinos lo único que querían era alargar el desahucio con la esperanza de que cuando esté Podemos en el poder paren los desahucios en el caso de que haya un menor. O sea, cuando hagan la investidura", se malicia.

"Cuando finalmente llegué al piso estaba fatal", se lamenta. E incluye fotos.