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La diputada que detesta a Iglesias y el martes le hará vicepresidente

Los nacionalistas canarios negocian con la socialista Adriana Lastra los flecos de un acuerdo para facilitar la investidura de Sánchez y su Gobierno de coalición, mal que le pese a Oramas.

La diputada que detesta a Iglesias y el martes le hará vicepresidente

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Ana Oramas guarda desde hace días un silencio sepulcral, incluso en Twitter. La veterana diputada de Coalición Canaria se teme que acabará teniendo que facilitar con su voto un Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos que prometió que jamás de los jamases apoyaría.

Pero resulta que Coalición Canaria concurrió a las elecciones de la mano de Nueva Canarias y no en solitario como en abril, y sumaron dos diputados: la propia Oramas y Pedro Quevedo.

Los presidentes de ambas formaciones, José Miguel Barragán y Román Rodríguez, están negociando desde hace días con la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, para cerrar un acuerdo. En teoría el pacto que alcanzaron CC y NC no obliga a que sus dos diputados voten lo mismo, pero en esa dirección trabajan ambas formaciones.

Lo fundamental para los nacionalistas canarios es que el Gobierno cumpla con el Régimen Económico y Fiscal de Canarias, el Estatuto de Autonomía y las leyes de presupuestos. Aparte de que solicitarán la modificación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria.

La bendición de los nacionalistas canarios, que está a punto de caramelo, deja a los pies de los caballos a Oramas, que siempre ha presumido de ser una política seria y de palabra.

El papelón para ella es grande. Y la hemeroteca, despiadada. En junio, cuando por primera vez el PSOE y Unidas Podemos empezaron a explorar la posibilidad de un acuerdo, afirmó textualmente: "No vamos a apoyar ni un gobierno de coalición con Podemos, ni un gobierno programático con Podemos, ni un gobierno de cooperación internacional o de cooperación al desarrollo con Podemos o de cooperación social o de lo que quieran decirle". Era una línea roja.

Es más. A título personal, Oramas siempre ha sido muy dura con Iglesias, al que en el Congreso ha dedicado intervenciones tan recordadas como ésta: "Yo sé que a usted no le gustan las mujeres no sumisas".

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