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ERC y Torra se unen para desafiar al Estado mientras Sánchez se hace el sordo

Una imagen increíble destroza al líder del PSOE, callado ante el brutal desacato de la Generalitat, respaldado sin fisuras por el partido que hará presidente a Sánchez.

Torra, aplaudido por ERC, en pleno desacato

Publicado por
Javier Rodríguez

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Se agota el diccionario para encontrar la palabra que defina con precisión el terrible contexto en el que Sánchez está garantizándose una investidura que quizá él necesite pero es dudoso que, en esa condiciones, le venga bien al país que aspira a seguir presidiendo.

Una escena más, entre tantas, resume el desastre: casi a la misma hora en que el líder del PSOE terminaba la primera sesión en el Congreso, la del sábado, el Parlamento de Cataluña se declaraba oficialmente en rebeldía contra la decisión de la Junta Electoral que, previa condena, inhabilita a Quim Torra como presidente de la Generalitat.

Y lo hizo mano a mano con ERC, entre aplausos del delegado de Oriol Junqueras, Pere Aragonès, al líder rebelde. Y suscribiendo ambos, con la CUP y el respaldo parcial del PSC y de los Comunes de Ada Colau; una tremenda resolución en la que se acusaba a la Justicia española y a la Junta Electoral (compuesta por jueces de categoría Tribunal Supremo) de dar, con otras palabras, un Golpe de Estado en Cataluña.

La resolución exacta, por la que Torra y ERC rechazan el fallo judicial y se niegan a que el presidente deje de serlo y pierda su condición de diputado autonómico, lo dice todo al exigir literalmente que el Estado renuncie a su acción, ante el silencio del PSOE y del Gobierno en funciones:

"El fin de la represión, el reconocimiento del derecho a la autodeterminación del pueblo de Catalunya, la amnistía de los presos, el libre retorno de los exiliados y la plena garantía en el ejercicio y la defensa de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos de Catalunya, y la necesidad de impulsar un Acuerdo Nacional para defenderlo".

Un texto así, de desafío frontal al Estado de Derecho, dinamitaría cualquier acuerdo entre el PSOE y uno de los firmantes de la resolución, pero lejos de eso lo que ha provocado es un apoyo parcial del PSC de Miquel Iceta, que en otra demostración de equilibrismo rechazó el conjunto de la moción pero respaldó la parte en que se ataca a la JEC y se duda de sus competencias para desalojar a Torra.

Desacato frontal

Para que no haya dudas del desacato, Torra las despejó explicando en primera persona su decisión y las razones: "La desobediencia ante los ataques a la democracia, ante las injusticias y los abusos, no es solo un derecho, sino una obligación para cualquier gobernante y ciudadano".

Pese a la guerra entre ERC y Junts por la supremacía del soberanismo, el pulso al Estado de Torra goza del consenso de ambos. El primero de los dos partidos eligirá presidente de España. Y tal vez eso explique que, pese al pulso del Parlament y de la Generalitat, ni en Moncloa ni en Ferraz se haya escuchado nada.

No prevé nombrar otro vicepresidente

Torra no prevé nombrar a otro vicepresidente antes de su eventual inhabilitación y además ha considerado probable que acaben inhabilitándole en unos meses pese a los recursos.

Lo ha dicho en una entrevista de TV3 recogida por Europa Press, poco después del pleno del extraordinario del Parlament.

"No lo tengo previsto", ha respondido al preguntársele si prevé nombrar a un vicepresidente que sea de JxCat, pero ha rechazado reiteradamente entrar en suposiciones, al repreguntársele varias veces.

Espera ganar ahora las medidas cautelarísimas en el TS contra su inhabilitación, pero es consciente de que puede no sale: "Es muy probable que este proceso acabe con mi inhabilitación finalmente, dentro de unos meses".

Sobre convocar elecciones anticipadas para evitar todo este camino de recursos contra su inhabilitación, ha reiterado: "Tengo la confianza del Parlament de Catalunya. Seré el presidente".