El pavoroso momento de "amor" de Pablo Iglesias con la diputada filoetarra
Lejos de ofenderse como "vicepresidente" por los ataques e insultos a España de Mertxe Aizpurua, el líder de Podemos hizo esto cuando estaba fuera de los focos.
Nadie la conocía, pero pocos la olvidarán: el discurso de Mertxe Aizpurua, portavoz de Bildu en el Congreso, fue tal vez el más brusco e insultante para buena parte de la Cámara y de los ciudadanos que lo seguían en sus casas.
Arremetió contra el Rey, denigró la Constitución, exaltó a los presos de ETA, ninguneó a las víctimas, ensalzó a Otegi varias veces y sometió a Pedro Sánchez advirtiéndole que, o acataba sus exigencias, o la legislatura fracasaría. La bronca subsiguiente fue de aúpa, con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, defendiendo un supuesto derecho a la "libertad socialista" y dos dirigentes del PP protagonizando el gesto del fin de semana.
De un lado, Pablo Casado llevándose la mano al corazón y diciendo "Qué vergüenza". De otro, Adolfo Suárez Illana dando la espalda a la interviniente en señal de protesta. Pero no a todos les sentó mal la diatriba de esta periodista que fue alcaldesa de su Usurbil (Guipuzcoa), llegó a dirigir "Gara", el brazo editorial de ETA, y que fue condenada en 1984 por hacer apología del terrorismo.
Si el propio Sánchez se ganó todo tipo de críticas por no darle una réplica a sus tremendas palabras, otro dirigente del próximo Gobierno fue aún más lejos. Lo ha desvelado el periodista José Ángel Cuadrado en la Cope, donde ha narrado una escena que pasó tras el discurso de Aizpurua que pasó casi desapercibida pese a su dimensión.
Y es que, según ese testimonio, quien más "mimos" dedicó a la diputada de la nueva Batasuna fue nada menos que Pablo Iglesias, probable vicepresidente de España dentro de unas horas. Al parecer, el líder de Podemos no solo no se ofendió por lo escuchado, sino que felicitó efusivamente a la dirigente abertzale.
"Se fundió en un abrazo y le dio un beso", explica Cuadrado, resucitando con ello la vieja historia de las intensas simpatías de Iglesias y de Podemos hacia Batasuna, Otegi y en general el mundo abertzale, plasmada en muchas declaraciones y en una intervención pública del "vicepresidente" en una herriko taberna hace años.