El pin parental de Celáa: llevó a sus hijas a un colegio católico y elitista
La ministra de Educación, que ha dado un plazo de un mes al Gobierno de Murcia para que rectifique, no quiso la escuela pública para Bárbara y Patricia, sus dos hijas, ya adultas.
El ultimátum enviado por el Ministerio de Educación al Gobierno de Murcia dándole un mes para que retire el pin parental de las aulas o se verán en los tribunales ha enquistado el conflicto.
En el epicentro de la polémica Isabel Celáa, que este lunes cargó contra Pablo Casado e insistió en que la capacidad de los padres de vetar la participación de sus hijos en actividades complementarias y evaluables en horario lectivo quedó anulada en la ley Wert.
Celáa es, no obstante, de esos muchos socialistas que defienden la escuela pública y nunca la quisieron para sus hijos.
La ministra de Educación tiene dos hijas, Bárbara y Patricia Aspichueta. La primera, directiva de la aseguradora Axa. La segunda, doctora en Farmacia y profesora e investigadora de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco.
Celáa, católica practicante, llevó a ambas al Colegio de la Bienaventurada Virgen María Irlandesas de la localidad de Lejona, en Vizcaya. Comúnmente conocido como Colegio Irlandesas.
Se trata de un centro elitista que se define como "católico, concertado, plurilingüe e integral", y con "una mentalidad abierta y comprometida con la sociedad y el entorno en el que vivimos, inspirado en los valores del Evangelio".
Cubre desde la educación Infantil hasta el Bachiller, apuesta por una educación "basada en la fe y en el desarrollo de valores personales" y pertenece a la red de Escuelas Católicas.
Es, de hecho, la segunda contradicción en la incurre Celáa, que a mediados de noviembre, durante la inauguración del Congreso de Escuelas Católicas, afirmó que la elección de escuela no es un derecho reconocido en la Constitución.