Sánchez ultima la exhumación de José Antonio y un gran "revival antifranquista"
Agotado el "francomodín" con la exhumación del Dictador, el Gobierno prepara una nueva ley para mantener la herida abierta con una batería de medidas destinadas a ello.
A José Antonio Primo de Rivera le quedan pocos meses en su sepelio actual en el Valle de los Caídos. En cuanto pueda, sea en semanas o meses, Pedro Sánchez repetirá con el fundador de la Falange, fusilado al comienzo de la Guerra Civil, la ceremonia de exhumación y traslado que ya hiciera con Franco.
Y lo hará dentro de un auténtico "revival antifranquista" que, con la excusa de restituir heridas del pasado, en realidad las reabrirá para mantener esa estrategia de choque entre bloques que los gurús del PSOE consideran imprescindible para mantener movilizado a su electorado y estigmatizar a sus rivales del centroderecha con la etiqueta de herederos de Franco y de ultraderecha.
El plan de Sánchez consiste en aprobar una nueva Ley de Memoria Histórica y Democrática que amplíe la vigente, impulsada en su día por Zapatero, y acabe con algo que en realidad no existe o es muy residual en la España de 2020: la exaltación del franquismo, el homenaje al Dictador y la exaltación de aquel Régimen.
Es decir, Moncloa intenta convertir episodios muy aislados y con nula trascendencia y participación en una plataforma para lanzar un mensaje que, de fondo, viene advertir de los peligros de la ultraderecha, uno de sus grandes sainetes que comparte con la práctica totalidad de Podemos y de las entidades sociales de su ámbito.
Tan es así, que la huelga estudiantil prevista para el próximo 6 de marzo, convocada por el Sindicato de Estudiantes, incluye en su convocatoria un lema contra "la violencia machista y la educación franquista".
El caso es que el PSOE ya ha registrado en el Congreso una Proposición de Ley para desatar ese revival, que coincidirá además con la celebración de sendos días de homenaje, en fechas distintas, a las víctimas del franquismo y del exilio, ahondando en una memoria maniquea que contradice el espíritu de reconciliación presente en España desde la Transición.
Más multas
La nueva legislación, cuyos trámites se alargarán durante meses, crea un nuevo sistema de sanciones de entre 10.000 y 100.000 euros para distintos comportamientos de exaltación del franquismo de cualquier tipo, sea en recintos privados o públicos.
En Moncloa lo tienen claro: mantener viva la llama antifranquista en una España que no recuerda a Franco es fundamental
Además, prevé la retirada de medallas y títulos nobiliarios a cualquier receptor de los mismos por razones ligadas al Régimen; la reconversión definitiva del Valle de los Caídos en un cementerio civil o la recuperación de patrimonio que, a juicio del Gobierno, proceda del expolio público para pasar a manos privadas: sería el caso del Pazo de Meirás, pero no está claro si puede afectar a otras propiedades en manos privadas o, incluso, de la Iglesia.
La nueva Ley, según ha sabido ESdiario, también recupera entre otras cosas la medida anunciada por Zapatero en incontables ocasiones y nunca desarrollada del todo: la búsqueda de fosas comunes y la creación de un censo de víctimas del franquismo, así como la recuperación de sus restos. Y todo ello se hará desde el Gobierno, pasando por encima de las administraciones local o autonómica, a las que no obstante se obligará a colaborar.