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Los secretos de Iván Redondo que guarda como oro en paño Fernández Vara

El todopoderoso "vicepresidente" en la sombra de Sánchez está en el primer plano. Y su "compañero" en el PSOE extremeño sabe mucho de él. Estos son sus "secretos".

Vara y Redondo

Publicado por
Marco Ballesteros

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Todo el mundo le sitúa como el verdadero número 2 del PSOE y del Gobierno, por encima de Carmen Calvo y de José Luis Ábalos. Y no digamos de Pablo Iglesias. Es Iván Redondo, todopoderoso Director del Gabinete de la Presidencia, el inteligente y experto Rasputín que mueve todos los resortes de Moncloa, según la leyenda.

Si hay alguien que le conoce, es su "compañero" Guillermo Fernández Vara, presidente socialista de Extremadura y, paradójicamente, viejo enemigo de Redondo, a quien sufrió política y personalmente cuando el hoy icono del sanchismo trabajaba contra Vara y a las órdenes de su gran rival extremeño, José Antonio Monago.

Él conoce como nadie a la mano derecha de Sánchez, acumula información y "secretos" de su trayectoria extremeña, que culminó con su participación directa en el Gobierno de Monago, su primer salto de las sombras del consultor a las luces públicas del político.

Lo cuenta todo la periodista Itziar Reyero en Abc, en un reportaje amplio con las dos figuras como protagonistas. "En el PSOE extremeño le definen como un hombre siniestro, sin escrúpulos. Valentín García, entonces portavoz en la Asamblea y hoy diputado nacional, denunció a tumba abierta el intento de Redondo de «aniquilar al adversario», o sea, al PSOE", desvela.

"Eliminarle personalmente"

Y prosigue con todo lujo de detalles: "Eso es lo que intentó en Extremadura: eliminar personal y políticamente a Guillermo Fernández Vara y a cuantos le rodeábamos, y borrar al PSOE del tablero extremeño». Le acusó en una carta en Facebook de revisar las facturas, una a una, de restaurantes y hoteles para saber con quién se hospedaba el expresidente. En el entorno de Vara sospechan que le puso un detective".

El presidente extremeño calla ahora, pero observa a su viejo enemigo desde la distancia, quizá esperando su momento, si llega, para ajustar cuentas. "En Extremadura se recuerda con pesar la dinámica de crispación que vivieron durante el mandato Monago-Redondo. La ofensiva fue brutal contra la oposición, los medios y todos los que cuestionaron el régimen instaurado. Se vio con el poder del Mandarín", concluye.