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La prueba final que hundiría a un Ábalos arrasado pero protegido por Sánchez

La cuenta atrás ha comenzado: en pocas horas puede salir a la luz la prueba que remataría al Gobierno en el "Delcygate". Mientras, Ábalos acaba KO en su comparecencia en el hemiciclo.

Ábalos, y la pregunta que le persigue

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Javier Rodríguez

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En tono desafiante, pero con pocos argumentos. Y ni siquiera el cerrado apoyo de Pedro Sánchez le fue suficiente a José Luis Ábalos de la sesión de control del Gobierno que, este miércoles, le ha arrastrado por el lodo y la moqueta del hemiciclo a cuento del llamado "Delcygate".

Las misteriosas relaciones de España y Venezuela, enredadas en un laberinto de oscuridades y volantazos con el "amigo" Maduro, sobrevuelan desde hace tiempo la política nacional y han cristalizado en el clandestino encuentro del ministro de Transportes, de noche y en Barajas, con la delegada del sátrapa de Caracas.

De un lado las mentiras, con hasta ocho versiones distintas de los hechos;y de otro el fondo, con un viraje simbolizado en el reconocimiento y la marginación del mismo Guaidó en apenas un año; han dinamitado las relaciones entre Gobierno y oposición en la esfera internacional. Y cristaliza todo en Ábalos, símbolo de esa aparente complicidad que Zapatero, otro socialista, pasea con orgullo.

La comparecencia de Ábalos en el Congreso, tan a la fuerza como las palabras de Sánchez sobre el mismo episodio, solo han servido para evidenciar que hay algo muy extraño detrás. Ni un dato, solo reproches a las intenciones que supuestamente tienen PP, Cs y VOX de minar la acción internacional del Ejecutivo.

Todo lo más, Ábalos ha insistido en que Delcy Rodriguez no pisó suelo español y en que no existen órdenes de detención internacional, dos boutades que quedaron claras en las siete preguntas realizadas por los portavoces de la oposición: el cielo, y desde luego las zonas de tránsito de un aeropuerto, son territorio nacional, tanto como la carretera de Barcelona o la Castellana de Madrid,

"Evitó una crisis internacional", alegó Sánchez y suscribió Ábalos, con una "paliza" dialéctica de Casado y Abascal y una más de Cayetana Álvarez de Toledo, autora de la frase del día: "No voy a habar con usted, que no tiene dignidad. Pero quiero que sepa el pueblo venezolano que los españoles no son como ustedes".

La clave final

Enrocado en sí mismo, el Gobierno tiene pensado resistir el chaparrón. Sánchez desde luego, y el "delegado de Maduro" (así llamó Abascal a Iglesias), también. Pero algo puede hacer saltar esa estrategia, según ha sabido ESdiario.

ESdiario ha confirmado la existencia de peticiones oficiales de las cintas de Barajas al presidente de AENA, del PSC

Hay que mirar a AENA para entenderlo: allí están guardadas las imágenes grabadas dentro del aeropuerto que, de ser como parece, terminarían por quitarle la careta. Eso ya se lleva semanas hablando, pero hay una novedad y un nombre que podría explicar la resistencia.

Peticiones formales

La novedad es que, según ha constatado este periódico, hay cursadas peticiones oficiales de los vídeos de Barajas, ante el temor de que se eliminen en quince días: se han dirigido por escrito, desde grupos políticos del propio Congreso, en lenguaje jurídico y por los procedimientos más formales posibles.

Y el obstáculo puede estar en el presidente de AENA, Maurici Lucena, que no es un directivo cualquiera: es del PSC, un socialista catalán pata negra, que no parece precisamente un enemigo del titular de Transportes, el "compañero Ábalos". Quizá ahí resida la clave de todo este feo episodio, resumida en una pregunta que recorre los pasillos del Congreso: "¿Existen esas cintas o las han eliminado?".

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