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Dolores Delgado vuelve a la Audiencia Nacional para unos días y causa estragos

La situación creada por Sánchez es tan insólita que la exministra regresa al órgano judicial tras renunciar a su escaño del PSOE. Por pocos días, hasta aterrizar en la Fiscalía General.

Dolores Delgado y el exjuex Garzón descendiendo las escaleras de la AN.

Publicado por
Miguel Blasco

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La situación es tan rocambolesca, y sin ningún precedente, que la exministra de Justicia que acaba de abandonar su escaño ha vuelto a la Audiencia Nacional para pasar allí apenas dos semanas, antes de ocupar su despacho político de fiscal general del Estado.

Este miércoles, la Fiscalía de la Audiencia ha hecho oficial el regreso provisional de Dolores Delgado que, en principio, volverá a ocupar su destino hasta el próximo día 20, en el que tiene que pasar el preceptivo examen en el Congreso para ser nombrada máxima responsable del Ministerio Público. Estas dos semanas, Delgado vuelve a donde lo dejó antes de ser reclutada por Pedro Sánchez para el PSOE: al área de la Fiscalía contra el terrorismo yihadista.

Pero su vuelta a los pasillos del edificio de la madrileña calle Génova ha despertado no pocos recelos entre sus propios compañeros, según reconocen a ESdiario fuentes fiscales. Con dos damnificados especialmente, Ignacio Stampa y Miguel Serrano, los fiscales Anticorrupción adscritos al llamado caso Villarejo.

Según explican estas fuentes, al margen de las decisiones que Delgado habrá de cursar como fiscal general al fiscal-jefe Anticorrupción (el superior inmediato de Stampa y Serrano), están los intereses personales de la exministra en esta investigación. Cabe recordar que por esta causa fue reprobada por el Congreso y el Senado.

Recuerdan estas fuentes que en octubre de 2018, el exjuez Baltasar Garzón trató de dinamitar la causa incluso con una maniobra para apartar a los fiscales que investigan al excomisario encarcelado.

Lo hizo como abogado de uno de los cómplices de Villarejo, el también comisario Enrique García Castaño, el gordo. Fue cuando pidió la anulación de todas las grabaciones del superpolicía de las cloacas.

Pedro Sánchez observa a Dolores Delgado en una sesión de control al Gobierno en el Senado.

Hasta el momento han trascendido algunos audios que relacionan a Villarejo con Garzón y con Delgado. El de la famosa comida que desató una ofensiva parlamentaria contra la entonces ministra de Justicia. Y otro entre Villarejo y García Castaño sobre el posible papel del PSOE, del fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba y de Garzón en la preparación del caso Gürtel.

La estrategia de Garzón, amigo íntimo de la próxima fiscal general, centró sus actuaciones en los fiscales Anticorrupción y en tratar de anular todas las grabaciones, lo que supondría, según advirtieron en aquel momento fuentes conocedoras de la causa, prácticamente la desaparición del sumario.

Por todo ello, y aunque Delgado no debe en estas dos semanas tener aceso a las estrategias de sus compañeros Stampa y Serrano, su vuelta ha provocado cierta marejada, más aún por sus relaciones con Garzón y su estrecha vinculación al Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

"Ejercerá, nuevamente, las funciones que venía desarrollando hasta el momento de su designación como ministra", señala el comunicado que firma el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo. Hasta junio de 2018, Delgado ejercía como fiscal coordinadora de asuntos de terrorismo yihadista. Queda saber hasta que punto la presencia de su próxima jefa "coacciona" a sus futuros subordinados.

Tras cesar como ministra y comunicar su renuncia al escaño del PSOE, el BOE publicó la orden por la que Delgado reingresaba a la carrera fiscal. Pero no ejercerá en la Audiencia durante mucho tiempo, ya que este próximo 20 de febrero debe comparecer en la Comisión de Justicia de la Cámara Baja para defender su candidatura a la Fiscalía General del Estado.

De momento, en estos días, su presencia de visita en el órgano judicial está dando mucho que hablar. Ya en su etapa de fiscal, sus tejemanejes junto a Garzón -que se reflejan bien en la sórdida comida con Villarejo que este mismo filtró- generaron mucho malestar y desconfianza entre la mayoría de los fiscales. Más ahora que va a ser juez y parte. Y su máxima jefa.

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