Díaz Ayuso, entre la espada de Vox y la pared de Cs: se avecina la gran batalla
La incompatibilidad entre Aguado y Monasterio echa atrás su primer gran proyecto de rebajas fiscales. Y lo peor está por llegar con la negociación de los Presupuestos, que se prevé durísima.
Más de 30.000 madrileños que podrían y no podrán acogerse a las deducciones fiscales planteadas por Isabel Díaz Ayuso. Ése es el balance de víctimas de una nueva batalla política entre Ciudadanos y Vox en la Comunidad de Madrid, que este jueves echó para atrás el primer gran proyecto de ley del Gobierno de coalición: uno de rebajas fiscales.
Rocío Monasterio y sus diputados mantuvieron su enmienda a la totalidad y sumaron a ella el apoyo -por irónico que parezca- del PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos.
In extremis, antes de la votación, Díaz Ayuso intervino en la Asamblea regional para pedir a sus socios de Cs y a Vox que se comportaran; que no echaran por tierra una rebaja de impuestos por "una disputa política que no conduce a nada". Pero no surtió efecto.
No obstante, la presidenta ya ha anunciado que volverá a intentarlo. "Es mi compromiso y mi responsabilidad", señaló. Así pues, aún hay remedio. De ello están convencidos en la Puerta del Sol.
En cualquier caso, el episodio ha vuelto a tensar la cuerda entre los dos socios de gobierno a cuenta del necesario apoyo externo de Vox para sumar mayoría absoluta.
En vista del nulo interés del vicepresidente y líder de Cs, Ignacio Aguado, en sentarse con Monasterio, el consejero de Hacienda, el popular Javier Fernández Lasquetty, negoció con la portavoz de Vox un paquete de medidas equivalente a 16 millones de euros de recorte de gasto a cambio de su apoyo.
Sin embargo, Aguad0 se plantó y rechazó los términos de ese acuerdo con haberse negociado al margen del Consejo de Gobierno, únicamente formado por el PP y Cs.
Y Díaz Ayuso sabe que lo peor, la gran batalla, está por llegar. Todo apunta a que la presidenta madrileña finalmente renunciará a presentar los Presupuestos de 2020 para centrarse en los de 2021, que le requerirán un esfuerzo ímprobo.
La versión oficial es que al no tener Presupuestos Generales (están prorrogados los de Cristóbal Montoro de 2018) ni previsión de ingresos para este año, es complicado. Sin embargo, lo que subyace es el eterno problema con Cs y Vox.
Conseguir que los de Monasterio aprueben dos presupuestos (los de 2020 y de 2021) de la Comunidad en un margen de ocho meses sería prácticamente imposible, cuando no hay entendimiento posible con Aguado. Y además el partido de Santiago Abascal ha supeditado su apoyo al famoso pin parental.