Los diez errores de cálculo de Fernando Simón que España ya está pagando caro
El coronavirus ha roto las previsiones del epidemiólogo que plantó cara al ébola y al zika. En estos 40 días ha errado en varios de sus pronósticos. Su tarea, no obstante, es muy complicada.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, se atrevió este miércoles con un nuevo vaticinio: "Ahora mismo no se está hablando de bloquear la Comunidad de Madrid".
Simón llevaba dos días sin comparecer, desde que el lunes el Gobierno oficializó el final de la "fase de contención" y reconoció que la expansión del virus se le había ido de las manos en la Comunidad de Madrid y Vitoria.
Apenas 24 horas antes, el domingo por la mañana, el propio experto empeñó su palabra en defensa de la decisión del Ejecutivo de mantener las manifestaciones del 8 de marzo. Fue entonces cuando muchos españoles que hasta entonces habían confiado a pies juntillas en sus pronósticos se dieron cuenta de que no era infalible.
El coronavirus ha sobrepasado incluso al epidemiólogo que se atrevió a plantar batalla al ébola, el zika y la listeriosis. En los 40 días transcurridos desde que compareció para explicar el primer caso diagnosticado en España, el de un turista alemán de turismo en La Gomera, Simón ha hecho una decena de pronósticos equivocados que han quedado como frases lapidarias en la hemeroteca.
Ese día, el 31 de enero, Simón auguró: "Parece que la epidemia tiene posibilidades de empezar a remitir. Nosotros creemos que España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado. Esperemos que no haya transmisión local. Si la hay, será transmisión muy limitada y muy controlada. Pero España tiene que trabajar en todos los escenarios posibles".
De "algún caso" hemos pasado a los más de 2.000 contabilizados este miércoles, mientras las autoridades ya adelantan que la crisis del coronavirus no remitirá hasta dentro de dos meses, en el mejor de los escenarios, y cuatro o cinco en el peor.
Transcurrieron los días y el 9 de febrero se registró un segundo caso en Mallorca, el de un ciudadano británico que había estado en contacto con una persona infectada en Francia. Simón compareció y anunció: "En estos momentos, el nivel de riesgo de España es relativamente bajo. No hay ninguna razón para alarmarse, está controlado".
Cuatro días después, el 13 de febrero, falleció en Valencia la primera víctima española, aunque no se supo hasta el 5 de marzo. Supuestamente había muerto de una neumonía, pero las pruebas que se le realizaron tras morir confirmaron que tenía el virus Covid-19.
Pasaron los días y el 23 de febrero, tras el fallecimiento de dos personas en Italia y el aislamiento de 50.000 en el norte del país, el responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias quiso mandar un mensaje de calma: "En España ni hay virus ni se está transmitiendo la enfermedad", afirmó. Ocurre que, aunque se supo mucho después, a esas alturas el virus ya circulaba por España sin ser detectado.
El 28 de febrero ya había 41 infectados y lo que es peor: se había notificado el primer contagio local (no importado de los países de riesgo) en Sevilla. Simón siguió en sus trece: "No hay ninguna razón para cambiar de escenario porque el riesgo está perfectamente delimitado, no es un riesgo poblacional". Y añadió: "La contención está funcionando".
Un día después destacó que Sanidad no veía "motivos por el momento para suspender eventos o celebraciones como las Fallas". Sin embargo, la fiesta por antonomasia de Valencia quedó aplazada sine die este martes por la noche.
Los acontecimientos fueron precipitándose al llegar a marzo. El día 2, el epidemiólogo anunció que se había pasado del centenar de casos diagnosticados, pero volvió a insistir en que algunos remedios podían ser peor que la enfermedad, como dice el refrán: "No debería ser un problema grave celebrar eventos multitudinarios. Suspender actos supondría que el virus circula sin control por nuestro país. Es una situación que hay que valorar con cuidado y aplicar si va a tener un efecto real o no. Hay medidas que a veces son más efectistas que efectivas".
Dos días después, hace ahora justo una semana, Italia decidió cerrar sus colegios y universidades. Le preguntaron a Simón si la medida podría acabar implementándose en España y respondió: "Cerrar colegios no reduciría riesgos, sino que los aumentaría". A estas alturas la Comunidad de Madrid y La Rioja han cerrado los suyos, y tampoco los niños de Vitoria están yendo a clase desde el martes.
Apenas 24 horas después, y ante la demanda de información, el experto volvió a comparecer y negó que los hospitales tuvieran riesgo de colapso: "Si nuestros hospitales son capaces de soportar la presión que todos los años le genera la gripe, si se mantienen los mismos sistemas de contingencia, los hospitales serán capaces de soportarlo", aseguró. Este miércoles, por contra, reconoció que hay hospitales "muy saturados", básicamente en la Comunidad de Madrid.
El pasado domingo, cuando la Comunidad de Madrid ya le había trasladado al Ministerio de Sanidad que el número de contagios se había disparado de forma exponencial, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias siguió manteniendo que el coronavirus estaba baja control y hasta justificando las manifestaciones del 8-M: "Es una convocatoria para nacionales en la que en principio participan nacionales, pero no quiere decir que no haya extranjeros ni tampoco algunos de alguna zona de riesgo, pero no es una afluencia masiva de personas de zonas de riesgo".
Este miércoles, 40 días después, llegó el mazazo: como poco esta emergencia nacional durará "dos meses".