Sánchez ningunea a Casado a la espera de obtener su apoyo gratis otra vez
El Gobierno y los partidos trabajan con la hipótesis de que en plena Semana Santa haya que convocar un pleno para aprobar otra prórroga del estado de alarma y convalidar varios decretos.
La improvisación se ha convertido en marca de la casa en la gestión de la crisis del coronavirus que está llevando a cabo el Gobierno de Pedro Sánchez.
El martes la vicepresidenta Nadia Calviño animaba a los autónomos a reclamar la cuota de marzo que la Tesorería de la Seguridad Social ya les había girado; el miércoles se enteraron por el BOE de que la famosa moratoria no solo ha excluido marzo, sino también abril. Y así (casi) todo.
La prórroga del estado de alarma vence el 12 de abril, el Domingo de Resurrección, y a estas alturas el Gobierno rumia que necesitará una nueva, aunque no lo dice. "No tenemos ninguna decisión al respecto", zanjó el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, este miércoles por la tarde.
El PSOE y el resto de partidos están preparados para que, en plena Semana Santa, haya que convocar un pleno en el Congreso para aprobar la que sería la segunda prórroga. Y convalidar los últimos decretos económicos salidos del Consejo de Ministros. Sería un pleno, probablemente, el miércoles 8 de abril a más tardar.
Queda, pues, una semana y sin embargo el Gobierno tiene todo por hacer. Pedro Sánchez no ha empezado a buscar los apoyos necesarios no tanto para prorrogar el estado de alarma, que para ello a priori no tendrá problema, sino para lograr los suficientes síes al tercer paquete de decretos. Después de que el PP, Vox, Cs y el PNV, que votaron a favor de los anteriores decretos, hayan amenazado con descolgarse esta vez por la falta de información del presidente.
Según adelantó Ábalos, el Gobierno y el grupo parlamentario que comanda Adriana Lastra van a establecer "una serie de contactos" en las próximas fechas, pero el ministro no dijo nada más. Ni cuándo, ni cómo, ni tampoco quiénes serán los interlocutores. Los votos del PSOE y Unidas Podemos no son suficientes.
Ni siquiera este miércoles, dos días después de que Pablo Casado anunciara en rueda de prensa que retiraba su apoyo incondicional a Sánchez porque nada le dijo del cierre del país, había llamado el presidente al líder de la oposición. Según fuentes cercanas a este último consultadas por ESdiario, la comunicación sigue siendo cero.
El equipo de Sánchez, por su parte, no se muestra de momento nada preocupado con su soledad parlamentaria, pese a que el tiempo corre. Creen en Moncloa que el PP tiene más que perder que que ganar si da la espalda al Gobierno en un momento de emergencia nacional como éste, independientemente de lo que hagan partidos como Vox o el PNV. Y con esa baza juega el presidente.