La carta de un médico que resuena en el Congreso: ¿Qué os pasa? ¡Abrid los ojos!
Un especialista que trabaja en la UCI de un hospital da una soberana lección al Gobierno y al resto de los líderes políticos. "El que no quiera remar, que no estorbe".
Si algo han demostrado los dos últimos plenos en el Congreso, el de la prórroga del estado de alarma de Jueves Santo y la sesión de control de este pasado miércoles, es que los políticos españoles vuelven a estar a años luz del ejemplo de los ciudadanos a los que dicen representar.
Y mientras millones de españoles, unos confinados y otros desde sus trabajos, dan cada día una muestra de apoyo mutuo, responsabilidad y solidaridad, los líderes siguen encerrados en su burbuja. Más aún el Gobierno, enredado en sus batallas internas, e incapaz de tender puentes con la oposición.
Desde la trinchera sanitaria, muchos asisten con estupefacción al espéctaculo. Y algunos, incluso, se atreven a hacer pública su indignación. Es el caso de un médico, Sergio Castaño, destinado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Álava. La primera línea del combate al coronavirus. En una demoledora carta abierta que publica este viernes El Correo bajo el título Maldita Rutina, el doctor Castaño no se muerde la lengua.
"Los grandes esfuerzos de los sanitarios, de la mayoría del entorno social, de los distintos agentes de seguridad y las cadenas de servicios básicos, de los propios pacientes, han supuesto una lección de humanidad fuera de lo común, que han arrimado de modo incondicional", recalca.
"Difícilmente acompasada por los gestos políticos que se han diluido mediante la confrontación, el mercadeo de votos, la demagogia barata y un debate circular sin destino. Lo han hecho sin reparar en que a la lista enorme de fallecidos, le está siguiendo una lista aún mayor de abandono y desesesperación forzosa para sus familias", prosigue.
Y añade a continuación: "Maldita rutina la suya, también, que se pelea con la ceguera de muchos dirigentes que parecen ajenos a todo... ¿Qué os pasa? ¡Abrid los ojos!, escuchad con el alma, sentid con el corazón y pensad con el cerebro o lo que os quede en las entrañas todavía".
"No es cuestión de siglas ni colores. Si algo no funciona, cambiadlo. Equivocarse es humano, ocultar los errores imperdonable y no aprender de ellos no tiene justificación (Liam Donaldson). Necesitamos vuestra mejor versión, es un momento irrepetible y de vuestras decisiones se derivarán las consecuencias", concluye.