78 días de "calvario": bloqueo e impotencia en el rescate de Víctor y Joaquín

Es seguramente la tormenta perfecta. Una tragedia dentro de una catástrofe. La primera, el derrumbe del vertedero de Zaldivar con dos trabajadores sepultados desde hace la friolera de 78 días. La segunda, la pandemia del coronavirus, que también ha sepultado de la actualidad el calvario que están sufriendo las familias de Victor Soraluze y Joaquín Beltrán.

El operativo de rescate sigue impotente, víctima además de un nuevo bloqueo. Las esperanzas que provocó el hallazgo del vehículo de Soraluze el pasado día 5 se han desvanecido completamente. De hecho, el domingo pasado, los responsables del dispositivo paralizaron los trabajos en la zona alta de la escombrera, donde se encontró el automóvil.

Doce días sin avance ninguno y, por si fuera poco, con un riesgo de nuevo derrumbe detectado. Y, para agravar la situación, con varios días de lluvia que empeoraron la situación del terreno, frágil y altamente tóxico. Hace una semana, las maquinas han comenzado a rastrear en otra de las áreas delimitadas por los técnicos.

Fuentes del entorno de las familias consultadas por ESdiario reconocen que desde hace varias semanas el operativo desplegado sobre el terreno es "adecuado". Hay desplegada maquinaria pesada, varias excavadoras y varias decenas de operarios, entre expertos y agentes de la Ertzaintza. Ahora, además, todos ellos sometidos a los test del Covid 19 de forma periódica.

Pero esas mismas fuentes añaden que siempre quedará la incógnita de lo que hubiera sucedido si en los primeros días tras el derrumbe, el pasado 6 de febrero, se hubiera movilizado todos los recursos disponibles. No lo dicen en público, pero el PP vasco no deja de afear al Gobierno Vasco y al lendakari Urkullu que no aceptara la oferta del delegado del Gobierno para desplegar sobre el terreno a la UME y su material especializado en rescates.

El vehículo de Alberto Soraluze, hallado el pasado 5 de abril (Foto: El Correo)

A la impotencia de un dispositivo que no avanza y da muestras de moverse dando palos de ciego, se añade el apagón político y mediático. Tanto en el Parlamento Vasco como en el Congreso. Tan solo la diputada del PP por Vizcaya, Bea Fanjul, se ha rebelado contra esta omertá y ha presentado varias iniciativas para que el gobierno de Pedro Sánchez dé la cara de una vez.

Por que esa es la tercera derivada de este auténtico calvario que atraviesan los allegados de Víctor y Joaquín: el absoluto desentendimiento del Ejecutivo. 78 días después, ni Sánchez -que ha visitado el País Vasco en una ocasión para participar en un mitin del PSOE- ni ningún ministro ha encontrado un hueco en su agenda para visitar Zaldivar y apoyar a las familias y a los operarios del rescate.

Ni siquiera la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, pese a ser el derrumbe del vertedero vizcaína una de las más graves catástrofes medioambientales de los últimos años. Y es que en Zaldivar nadie sabe aún qué se estaba vertiendo realmente en ese pozo negro en el que han perdido la vida dos trabajadores. Y allí siguen enterrados 78 días después.