El PSOE no se inmola con Sánchez: éstos son los movimientos para "relevarle"
El hartazgo llega a las filas socialistas, con una ola que busca una alternativa de consenso para atender la dramática situación de España. Van en serio, aunque lo tendrán difícil.
El PSOE no es una piña en torno a Pedro Sánchez. Las palabras del presidente de Aragón, Javier Lambán, colocando al país por delante de su jefe de filas, no son un brindis al sol residual. Detrás hay un movimiento incipiente, desolado por la mezcla de hundimiento económico y emergencia sanitaria, que tiene otra idea bien distinta de qué deben hacer los socialistas en el futuro inmediato.
Y no pasa por entregarse a Pablo Iglesias ni jugar a la “ruleta griega”, en recuerdo de aquella táctica suicida de Tsipras y Varoufakis consistente en enfrentarse a Europa, pedirle a la vez que pagara todas las rondas y aplicar una agenda ideológica muy parecida a la de Podemos.
Ésa es la opción aparente de Sánchez, inasequible a los hechos e indispuesto al acuerdo que pareció buscar hace apenas diez días con Pablo Casado, del PP, para ir juntos a Europa y ofrecer la credibilidad que le niegan si su pareja de baile es Iglesias, denostado en las principales cancillerías y observado como una anomalía ideológica sin un pase.
Ante ese panorama, varios dirigentes autonómicos del PSOE, leyendas del partido y exidirigentes con una buena agenda nacional e internacional ya barajan ayudar a un verdadero Pacto de la Moncloa que deseche las vías populistas y centre una agenda de reformas y rigor capaz de sortear el maremoto vigente en España
Hablan incluso de un Gobierno de concentración, una especie de flotador nacional para concentrar todos los esfuerzos en salir de un poco muy profundo. Italia apostó hace años por una fórmula similar, con el tecnócrata Mario Monti al frente, pero ésa no es la opción en la que piensan para España.
Aquí se buscaría a un nombre del PSOE, sin descartar al propio Sánchez si acepta esa salida, para evitar la sensación de que el partido ganador de los comicios se queda excluido de la Presidencia, pero con unas características muy precisas.
Buen gestor, conocedor de Europa, con rigor económico y poco dado a las veleidades ideológicas. Una especie de Ana Pastor socialista, en referencia a la dirigente del PP. Y el nombre sale solo, fructifique o no la idea: Nadia Calviño.
"O el PSOE y el PP se ponen de acuerdo, o Europa se lo pondrá peor a Sánchez y España será rescatada con menos credibilidad y margen de movimiento", resumen fuentes políticas cercanas a ambos partidos, conocedoras de una reflexión que comparten en ambos ámbitos.