Sánchez mintió a Casado: la conversación que ni Moncloa ni el PP han aireado
La negociación para que apoyara la cuarta prórroga del estado de alarma empezó y acabó el lunes. El presidente le negó lo que después prometió a Arrimadas. La próxima vez el PP votará "no".
La victoria que obtuvo Pedro Sánchez en el Congreso este miércoles para prorrogar por cuarta vez el estado de alarma fue pírrica. No tanto por el marcador final (178 votos a favor, 75 en contra y 97 abstenciones), sino porque por primera vez el principal partido de la oposición soltó la mano al presidente, que además tuvo que escuchar duros reproches incluso de quienes acabaron votando a favor.
Como del diputado de Compromís Joan Baldoví, que le espetó: "Este Gobierno ha negociado poco y muy tarde con los que le pusimos ahí (sus socios de investidura) y ha actuado como si tuviera mayoría absoluta".
Durante el debate, Sánchez ya insinuó que después de ésta vendrán dos prórrogas más (hasta finales de junio), en lo que supone el primer punto de fricción con sus socios de prórroga, el PNV y Ciudadanos. Porque tanto Inés Arrimadas como -y sobre todo- Andoni Ortuzar pretenden que estos sean los últimos 15 días de estado de alarma y a partir de entonces se arbitren nuevos mecanismos.
Para entonces, para cuando dentro de dos semanas Sánchez acuda nuevamente al Congreso a pedir más margen, el PP ya no se abstendrá sino que votará en contra. No habrá suspense. Es algo que anunció Pablo Casado en la tribuna con un "¿Cuándo les votemos que 'no' dentro de 15 días,
nos va a mandar al general de la Guardia Civil?" y que después confirmó a su grupo parlamentario en una reunión privada celebrada en el receso entre el debate y la votación.
Y poca o ninguna contestación interna tendrá esa decisión, habida cuenta de cómo se han desarrollado los últimos acontecimientos. Porque en el PP creen que Sánchez en ningún momento buscó negociar la prórroga con Casado para no darle la más mínima victoria, como sí hizo con Cs y el PNV.
Casado durante una de sus intervenciones en el pleno.
Génova 13 no quiso ni quiere informar de la conversación de una hora que el presidente y el líder de la oposición mantuvieron el lunes durante una hora, y tampoco Moncloa. Sin embargo, según ha sabido ESdiario de fuentes populares, en ese intercambio de pareceres "en todo momento cordial" se produjo un hecho clave que terminó de convencer a Casado de una abstención que ya tenía bastante madurada desde la semana pasada.
El líder del PP le trasladó a Sánchez que estaba dispuesto a mantener su voto a favor siempre y cuando desvinculara los ERTEs del mantenimiento del estado de alarma, se abriera a una mayor colaboración con las comunidades autónomas y le llamara más a menudo.
El presidente del Ejecutivo, aunque en buen tono, "le mintió". Le dijo que no podía desligar los ERTEs del estado de alarma porque ése era el paraguas jurídico que lo sustentaba, según las mismas fuentes. Casado respondió que entonces no podía apoyarle. Así que ahí empezó y se terminó la negociación entre Moncloa y Génova 13.
"Muchas de las medidas económicas que se han puesto en marcha van vinculadas al estado de alarma y en caso de que no siga en marcha decaerían", aseguró un día después la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, en rueda de prensa, refrendando la tesis que el presidente trasladó en privado a Casado.
La cuestión es que el enfado de este último creció cuando el martes por la tarde se enteró de que esas concesiones "más que razonables" -a juicio de los populares- que no quiso hacerle a él sí se las había hecho a Arrimadas. Prácticamente calcadas. De pronto desvincular los ERTEs del estado de alarma sí era posible.
Hay una frase del presidente del PP durante el debate que condensa el sentir de los populares en esa especie de bocadillo en el que se vieron metidos en el Congreso: "Usted no quiere pactos, solo quiere culpables de que no los haya".