Así contribuyó decisivamente el Gobierno a extender la pandemia por España
El responsable del éxito de los trasplantes en España deja en evidencia al Gobierno con un varapalo histórico a todos los errores que extendieron la pandemia por el país.
Rafael Matesanz es una autoridad en materia sanitaria. Gracias a él España es líder mundial en trasplantes, un puesto que mantiene desde que él fundara y dirigiera durante lustros la Organización Nacional de Trasplantes. Conoce como pocos la gestión de la Sanidad y su voz en respetada como casi ninguna. Por eso su diagnóstico sobre la desastrosa gestión de la epidemia en España, por parte de Pedro Sánchez, tiene aire de sentencia.
En un artículo en Abc ha detallado, con precisión, la cadena de despropósitos, errores y decisiones kamikaze que Moncloa ha protagonizado desde que recibió el primer aviso, en enero, hasta que tomó las primeras decisiones, a mediados de marzo: 44 preciosos días perdidos en los que el contagio masivo se extendió por toda España, provocando ya la mayor mortalidad del mundo.
"El nuevo gobierno que toma posesión a mediados de enero se encuentra el 30 de ese mes, en pleno aterrizaje del nuevo ministro, con que la OMS declara la alerta sanitaria por el Covid-19, cuando ya había 18 países afectados además de China. Tanto este organismo como la Unión Europea alertaron a los países para que se prepararan ante la expansión del virus, provisionándose de test, equipos de protección, etcétera", comienza su demoledor relato.
Y prosigue: "En España se consideró innecesario hacerlo, mientras los expertos del ministerio aseguraban por ejemplo el 23 de febrero, cuando ya habían comenzado las medidas de confinamiento en el norte de Italia, que aquí no se estaba transmitiendo la enfermedad y que solo había casos importados, algo que luego se demostró erróneo. Por cierto, ninguna medida precautoria con este país al que nos unían entre otras muchas cosas, más de 250 vuelos diarios sin control alguno".
La primera semana de marzo
Continúa su detallada reconstrucción del desastre: "La primera semana de marzo ya había infectados en casi todas las comunidades, se habían producido los primeros brotes en residencias y los primeros fallecimientos. En trece países se habían ya suspendido clases en colegios y universidades y aquí se habían anulado reuniones y congresos médicos en base a las recomendaciones del Colegio de Médicos y al menos en Madrid, de una circular del Servicio Madrileño de Salud (sin ir más lejos, a mí me suspendieron una conferencia)".
Para proseguir sin piedad: "Había suficientes indicios para tomarse en serio el peligro y algunas entidades así lo hicieron. Sin embargo, desde el ministerio se insistía en la «fase de contención», con una actitud casi contemplativa en la que se afirmaba que el 90% de los casos eran importados, que solo había que hacer test a los infectados y que «hacérselo a sus contactos no aporta nada» (sencillamente se ocultó que no había suficientes)".
Todos esos días de inacción han tenido consecuencias catastróficas porque nos han hecho llegar tarde a casi todo
Y, finalmente, una conclusión final inapelable con dos párrafos tremendos: "Llega el 8-M con 76 actos multitudinarios autorizados por la delegación del Gobierno en Madrid y cientos en toda España, incluidos partidos de fútbol y mítines políticos, con la frase del portavoz de que si su hijo le pedía consejo para ir a la manifestación le diría que hiciera lo que quisiera. Tras los actos festivos todo cambia de la noche a la mañana de forma que al día siguiente ya se reconoció la gravedad de la situación y se enfiló hacia el estado de alarma materializado unos días después".
"Todos esos días de inacción han tenido consecuencias catastróficas porque nos han hecho llegar tarde a casi todo en una cadena de errores e impotencia que han desembocado en la situación actual. Los retrasos en tomar medidas permitieron la expansión del virus, la carencia de test no provisionados a su debido tiempo impidió acotar los casos que se iban descubriendo y por tanto dio vía libre a multitud de contagios", termina.