El PP ahoga al Gobierno con un triple ataque brutal a Sánchez, Calvo e Iglesias
Se acabó la tregua: el PP se cansa de Sánchez y evidencia cómo su gestión ha amplificado dramáticamente los efectos de la pandemia. Una sola frase de Casado resume la ruptura total.
Una sola frase resume el futuro político inmediato entre el PSOE y el PP y la batalla, feroz, que se va a vivir en la resaca sanitaria y económica de la pandemia, que será larga y dramática. La pronunció este miércoles Pablo Casado en el Congreso, mirando a Pedro Sánchez a los ojos durante la sesión de control al Gobierno.
"Hasta aquí hemos llegado". Con cuatro palabras, el líder del PP anunció que no apoyará una nueva prórroga del Estado de Alarma y algo más, de mayor importancia a futuro: que buscará cómo depurar las responsabilidades que a su juicio ha tenido el Gobierno en la extensión de la epidemia, con un coste en vidas y quiebras sin parangón en el mundo.
Casado remató ese discurso con otra conclusión lapidaria que anticipa el tiempo de oposición frontal pese a casi dos meses de apoyo que, a juicio de los populares, el PSOE ha utilizado para tapar sus responsabilidades y querer cargárselas a la oposición, las Comunidades y, especialmente, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Casado emprende un camino sin retorno: demostrar que la gestión de Sánchez aumentó el peligro del coronavirus
"La vieja normalidad socialista, arruinar España por tercera vez", resumió Casado, en un tono tranquilo en las formas pero durísimo en las formas que demuestra el fin de la tregua y deja una pregunta en el aire que, por enésima vez, Sánchez se negó a responder: ¿Pedirá España el rescate a Europa?. Silencio absoluto.
Calvo, cercada
Los populares no limitaron el combate con el Gobierno al cara a cara entre Casado y Sánchez. Hubo un reparto de objetivos entre los tres primeros referentes de los populares. La portavoz, Cayetana Álvarez de Toledo, se encargó de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. Y el secretario general, Teodoro García Egea, del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.
En ambos casos con preguntas directas y al mentón, respondidas por lo general sin precisiones. Así, Álvarez de Toledo dio en una de las claves de la pandemia al repasar las fechas y las medidas del Gobierno para denunciar, sin ambages, que la virulencia del coronavirus en España se debió a su "negligencia", resumida en una pregunta directa a Calvo que ésta replicó con escapismo.
"¿Qué hizo usted en aquel febrero decisivo?", inquirió Álvarez de Toledo repasando la agenda en blanco de Calvo desde el 4 de febrero hasta el 16 de marzo, cuando se decretó el Estado de Alarma. "Fue al estreno de una película y a actos feministas, pero no aparece ninguna reunión de otro seudocomité interministerial que usted coordinaba".
Y soltó la bomba, que marca la estrategia a seguir ya en adelante por el PP: "Sus defectos de previsión, su negligencia, se cuenta por miles de daños y de vidas". Un camino iniciado por los populares que ya no tiene retorno y cerca tanto al Gobierno como obliga a Casado a demostrarlo.
Iglesias apenas responde
El plato final lo puso García Egea mirando a Iglesias y acusándole de estar desaparecido durante la crisis salvo para lograr "un sillón en el CNI, atacar a los medios de comunicación, saltarse la cuarentena y mentir, junto con Sánchez, a la cara de los españoles".
Iglesias y Calvo, en el Congreso
Iglesias se limitó a presumir de "escudo social", el catálogo de medidas de asistencia que dice haber puesto en marcha, aunque incluso eso se lo negó Egea: "Es un discurso tan falso como los estudios de la Universidad John Hopkins. Y su escudo social es como el de Grecia".
Fuentes populares han confirmado a ESdiario que no solo no se apoyará la prórroga del Estado de Alarma, sino que el desprecio del Gobierno presentado por Casado en la víspera, para conjugar la seguridad sanitaria con la recuperación económica, cambia el paisaje por completo.
Ahora, creen, toca enfrentar a Sánchez a unas responsabilidades que, a juicio de los populares, han generado más muertos y desempleo que en la práctica totalidad de Europa.