Sánchez presume de salvar 300.000 vidas pese a su récord mundial de muertos
El presidente se ha permitido lanzar una velada amenaza a Isabel Díaz Ayuso sobre la desescalada en Madrid, condicionando levantar el estado de alarma al "grado de unidad institucional".
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto utilizar este sábado La Moncloa como un escenario propagandístico para vender su particular relato de cómo está gestionando su Ejecutivo la crisis sanitaria y económica del coronavirus y justificar así el "último estado de alarma", de 30 días de vigencia, que pretende pedir la semana próxima al Congreso de los Diputados.
Así, el presidente ha sacado pecho de que gracias al confinamiento de millones de españoles durante dos meses -en los que se ha hundido la economía del país- ha servido para salvar "300.000 vidas" y evitar una cifra de 30 millones de infectados por el Covid-19. En cambio, no ha comentado nada del alto precio que tuvo el retraso de su Gobierno en tomar medidas: 27.563 muertos y 230.698 contagiados, según los datos oficiales del Ministerio de Sanidad. Y la economía del país, completamente hundida por el cierre de pymes y grandes empresas por orden gubernativa.
Salvo en el Gobierno, el PSOE y Podemos, casi nadie discute que estas terribles cifras son el resultado de que el Gobierno permitiera hasta el 10 de marzo vuelos a y desde Italia y actos masivos como las manifestaciones feministas del 8-M, que sirvieron para generar una explosión de contagios en las principales capitales españolas.
"Hemos doblegado la curva"
Pero Sánchez ha seguido obviando esta realidad en su intervención de este sábado y ha presumido de las supuestas bondades del estado de alarma que decretó el 14 de marzo: "Hemos doblegado la curva [...] El camino que estamos siguiendo es el único posible", ha asegurado el inquilino de la Moncloa, que se ha vanagloriado de que la "letalidad real" del Covid-19 en España ha sido del "1%".
De ahí su intención, tal y como ha anunciado, de prorrogar el estado de alarma -aunque con menor intensidad, con las fases de desescalada- durante 30 días, una medida inédita en nuestro entorno geográfico y similar a la que ha ordenado el dictador Nicolás Maduro en Venezuela.
"Esperemos que sea el último estado de alarma", ha asegurado el presidente, que ha explicado que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, será el mando único durante la nueva prórroga, mediante el sistema de "cogobernanza".
"En este estado de alarma se producirá una desescalada institucional. La única autoridad delegada del Gobierno será el ministro de Sanidad y decaerán las facultades especiales que se concedieron a los otros ministerios", ha indicado Sánchez, que ha añadido que "el virus no se ha ido, sigue ahí".
El presidente ha recordado que los hechos han demostrado que no se podía confiar en la inmunidad comunitaria y defiende la necesidad de limitar la movilidad y los contactos sociales. "A esa lógica responde la desescalada".
Velada amenaza al Gobierno de Madrid
En el turno de preguntas, una de las respuestas más sorprendentes de Sánchez ha tenido que ver con la denegación a Madrid de la fase 1 de la desescalada del estado de alarma. Porque lo que ha dicho Sánchez suena a velada amenaza al Ejecutivo regional presidido por Isabel Díaz Ayuso: el presidente ha dicho que entre otras razones, dependerá del "grado de unidad institucional" que se levante el estado de alarma.
Si bien, minutos antes Ayuso, ha denunciado que desde el Gobierno Central se ha tomado esta medida "liberticida" por motivos "ideológicos" y no sanitarios, Sánchez ha hablado de "diálogo bilateral" para justificar esta evaluación, cuyos indicadores "han sido acordados con las comunidades autónomas".
Sánchez corrige a un periodista
En relación con esta evaluación, Sánchez ha vuelto a ponerse de perfil cuando se le ha preguntado que responda "sí o no" si el Gobierno va a continuar ocultando a los españoles los informes técnicos y científicos que avalan la declaración de las distintas fases de la desescalada del estado de alarma. Se ha permitido indicar al periodista cómo debería hacer su trabajo: "Yo no formularía la pregunta así", ha dicho con gran desparpajo, pasando si solución de continuidad a contestar sobre las posibilidades de que España pida un rescate a la Unión Europea.
Cuando otra periodista le ha preguntado si se van a hacer públicos esos informes, el presidente ni siquiera ha contestado.