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Cisma en Cs: Marcos de Quinto deja el partido ante la deriva de Arrimadas

El diputado sigue los pasos de Juan Carlos Girauta y anuncia su marcha porque no comparte el acercamiento a Pedro Sánchez. La formación es una olla exprés. "Deseo lo mejor a Cs", termina.

Edmundo Bal y Marcos de Quinto, dos formas distintas de entender Cs.

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A.I.M.

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La decisión de Inés Arrimadas de ser el bote salvavidas de Pedro Sánchez por segunda vez ha convertido Ciudadanos y su pequeño grupo parlamentario en una olla exprés.

El diputado Marcos de Quinto ha comunicado su baja y la renuncia a su escaño en protesta por el rumbo partido. De Quinto pertenecía a la facción dura de Cs, la que nunca fue partidaria de levantar el veto al presidente Sánchez.

De hecho este mismo martes De Quinto concedía una entrevista a El Mundo en la que decía: "Ya nadie discute que existe munición legislativa suficiente que hace innecesaria una nueva extensión del estado de alarma".

Poco antes de que el propio De Quinto hiciera pública su decisión, Juan Carlos Girauta, quien fuera hombre de confianza de Albert Rivera, animaba en abstracto a los "grandes amigos" que le quedan en Ciudadanos a que actúen con dignidad. Dos semanas después de que él mismo rompiera su carnet del partido cuando Arrimadas rescató a Sánchez por primera vez.

La dirección de Cs se afanó este martes por la tarde en vender que la formación ha conseguido doblar el brazo a Sánchez para que la nueva prórroga sea de 15 días y no de un mes, "y que no haya contrapartidas nacionalistas", en palabras de Edmundo Bal, su portavoz en el Congreso y quien sustituye a Inés Arrimadas en vísperas de dar a luz.

Los diputados José Manuel Espejo-Saavedra, Pablo Cambronero, Marta Martín, Sara Giménez y María Muñoz saludaron el acuerdo a través de sus redes sociales con mayor o menor efusividad. Pero no así Marcos de Quinto (después se supo por qué). Tampoco Guillermo Díaz ni la gaditana María Carmen Martínez.

No contribuyó a aplacar la polémica interna el hecho de que el Gobierno desmintiera a Ciudadanos muy poco después de que ambas partes sellaran un acuerdo.

Fue a raíz de que Cs presumiera en un comunicado de haber conseguido que el Ejecutivo de Sánchez rompiera la mesa de negociación con el independentismo. "Gracias al papel de Ciudadanos, no se va a producir ninguna mesa de negociación con ERC ni los separatistas para dinamitar la igualdad entre españoles", decía éste.

Ello desató la ira del independentismo. Pero por poco tiempo, porque la ministra portavoz, María Jesús Montero, se apresuró a negar que hubieran pactado con Cs algo que no fueran medidas económicas.

El papel de Arrimadas en esta crisis de la Covid-19 ha provocado a Cs un retroceso en todas las encuestas salvo en el CIS, que precisamente este martes daba a la formación naranja una subida meteórica de casi cuatro puntos (del 6,8% en las elecciones de noviembre al 10,5% de ahora).

La semana pasada el propio Albert Rivera afeaba su estrategia a la nueva dirección de Cs, no criticando directamente a Arrimadas pero sí cargando contra el estado de alarma y sus excesos.

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