El pacto con Bildu dinamita el Gobierno y enfurece a los empresarios
Los ministros del área económica, incluida la vicepresidenta Calviño, no sabían nada. Tampoco los agentes sociales. Y ahora el PSOE y Unidas Podemos no se ponen de acuerdo sobre lo acordado.
La nocturnidad y alevosía con la que Pedro Sánchez ha actuado en su pacto con Bildu, además el mismo día en que los radicales atacaban la casa de la líder del PSE en Bilbao, ha provocado graves efectos colaterales dentro y fuera del Gobierno.
Dentro, los ministros del área económica, empezando por la vicepresidenta Nadia Calviño, volvieron a ser convidados de piedra, ajenos por completo a lo que el PSOE y Unidas Podemos estaban cocinando en el Congreso. Con el consiguiente enfado.
Y lo que es más. Los dos socios del Ejecutivo no se ponen de acuerdo sobre lo firmado. Tras el comunicado inicial de anoche, al filo de la medianoche hubo uno del PSOE aclarando que no sería una derogación íntegra de la reforma laboral sino de sus aspectos más lesivos. Lo mismo que ya firmaron el PSOE y Unidas Podemos al comienzo de la legislatura.
Sin embargo, Pablo Iglesias ha afirmado este jueves en una entrevista que lo que vale es el acuerdo firmado con Bildu, volviendo así a la posición de partida. "Lo firmado obliga", ha sostenido. Pero en paralelo José Luis Ábalos en Onda Cero ha asegurado que lo que vale es la aclaración posterior del PSOE.
Al vendaval interno se suma el de fuera. Una semana después de firmar la prórroga de los ERTE en La Moncloa, los empresarios se han encontrado con esta derogación -de momento virtual- de la reforma laboral a traición. Al margen del diálogo social.
La CEOE y Cepyme han emitido este jueves un durísimo comunicado en el que afirman: "Este pacto supone un desprecio indignante al diálogo social, al que dinamita; al papel que la propia Constitución otorga a los agentes sociales y, en este sentido, a las propias instituciones del Estado en el momento más delicado de la economía española".
Y añaden: "El pacto alcanzado es de una irresponsabilidad mayúscula y tendrá unas consecuencias negativas incalculables en la economía española y en la confianza empresarial tanto nacional como internacional".
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ya tuvo que lidiar días atrás con el enfado de varios asociados por ser demasiado blando en la negociación de los ERTEs. Y ahora Sánchez le ha dejado a los pies de los caballos.
A él y a Ciudadanos, que ha optado por minimizar las consecuencias del pacto del PSOE con Bildu para no quedar como el gran engañado de esta historia. Puesto que los socialistas ocultaron su acuerdo con los herederos de Batasuna hasta el final del pleno de este miércoles para espantar a Cs una vez que el presidente se había asegurado su sí.
Su portavoz en el Congreso, Edmundo Bal, ha afirmado este jueves que ellos mantuvieron su "propia negociación" y que lo importante es eso, al margen de los compromisos que Sánchez haya firmado con otros.