Las represalias del ministro sublevan a la Guardia Civil y a la propia juez
La destitución del coronel Pérez de los Cobos es la prueba fehaciente del estado de nervios en el que vive el Gobierno en medio de un goteo de querellas y demandas que va a más.
Cuentan que Pedro Sánchez ha tenido que medicarse. La mitad de su Gobierno está abrasado; la otra mitad, exhausto. Y todos, de los nervios.
Van camino de acumularse en el Tribunal Supremo medio centenar de demandas y querellas contra distintos miembros del Ejecutivo por su falta de previsión respecto a la pandemia y su gestión posterior. Pedro Sánchez, Salvador Illa y Fernando Grande-Marlaska son los nombres más recurrentes.
El ministro del Interior no se ha visto en otra y este lunes mandó un mensaje nítido a la Guardia Civil y la Policía Nacional con el cese fulminante del jefe de la Guardia Civil en Madrid, el coronel Diego Pérez de los Cobos: cuidado con vincular la manifestación del 8-M, en la que el propio ministro participó, con la expansión de la pandemia.
Desde el entorno de Pérez de los Cobos subrayan que está "muy afectado", que no hacía sino cumplir órdenes de la juez Carmen Rodríguez-Medel y que así se lo hizo saber al propio Grande-Marlaska cuando éste se sintió puenteado y ninguneado.
Una versión que corroboran fuentes judiciales: no querían que los guardias civiles responsables de la investigación informaran a la Delegación del Gobierno ni al Ministerio del Interior -superiores jerárquicos- por razones obvias.
La propia magistrada salió en defensa del purgado este lunes en una providencia en la que a su vez citaba como investigado (antes imputado) al delegado del Gobierno en Madrid, el único que de momento lo está.
En ella, Rodríguez-Medel señalaba: "Reitérese también a la Policía Judicial actuante la orden que se diera al inicio de esta investigación relativa a que, de conformidad con lo previsto en el artículo 15 Real Decreto 769/1987, de 19 de junio, sobre regulación de la Policía Judicial, deberán guardar rigurosa reserva sobre la evolución y resultado de las concretas investigaciones que les hubieren sido encomendadas, así como de todas las informaciones que, a través de ellas, obtengan, de modo que sólo se informará a esta Magistrada-Juez, oficiándose en su caso a los efectos oportunos".
Grande-Marlaska es juez, así que conoce perfectamente real decreto. Como también que la Ley Orgánica del Poder Judicial estipula en su artículo 550.2: "Los funcionarios de Policía Judicial a quienes se hubiera encomendado una actuación o investigación concreta dentro de las competencias a que se refiere el artículo 547 de esta Ley, no podrán ser removidos o apartados hasta que finalice la misma o, en todo caso, la fase del procedimiento judicial que la originó, si no es por decisión o con la autorización del juez o fiscal competente".
"Al Coronel Pérez de los Cobos le han cesado por cumplir las órdenes de la Juez. Digan lo que digan. Es más, en un alarde de despotismo, así se ha trasmitido en el entorno del Cuerpo. Quizás quiere alguien que sirva de 'aviso a navegantes'. Le han cesado porque no quieren a un profesional independiente.", denunció la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) en un durísimo comunicado.
No obstante Pérez de los Cobos sabía que el independentismo había puesto precio a su cabeza desde que dirigió el dispositivo del referéndum ilegal del 1-O en Cataluña. El diario independentista Elnacional.cat saludaba su destitución con este titular: Marlaska cesa a Pérez de los Cobos, responsable de la violencia policial del 1-M.
No solo el portavoz de ERC en el Congreso se felicitó por la noticia. También Jaume Asens, de Unidas Podemos, que habló de "higiene democrática".
Por contra el PP, Vox y Ciudadanos han pedido cuanto antes la comparecencia del ministro del Interior en el Congreso para que aclare los motivos de este golpe de mando del ministro.