Las tres purgas de Marlaska que han levantado ampollas en la Guardia Civil

Nunca un ministro del Interior había desquiciado en tan poco tiempo a la cúpula de la Guardia Civil. Pero desde que fue nombrado para el cargo el 7 de junio de 2018, Fernando Grande-Marlaska, ha provocado la indignación de los altos mandos del Instituto Armado.

En primer lugar, por que desde que llegó ha mostrado una indudable preferencia por los comisarios de la Policía Nacional en su equipo más estrecho en el Ministerio.

En segundo lugar, por que Marlaska ha fulminado de malas maneras a tres de los oficiales más respetados en la actualidad en el Instituto Armado. En ninguno de los casos sin dar explicaciones convincentes, más allá de la lacónica justificación de la "pérdida de confianza".

En los dos años que Marlaska lleva al frente de Interior, la Guardia Civil ha tenido dos secretarios de Estado de Seguridad y dos directores generales: cesó a Ana Botella para nombrar a su jefe de gabinete, Rafael Pérez, como su número dos. Y destituyó a Félix Azón para designar a María Gámez al frente de la Benemérita. En ninguno de los casos consultó a la cúpula verde.

Con el cese fulminante este lunes del coronel Diego Pérez de los Cobos, Marlaka acaba con la carrera de uno de los oficiales más respetados en la Guardia Civil. Por su larga trayectoria en la lucha contra ETA, por su conocimiento del Ministerio del Interior como alto cargo y como responsable del mando único en el 1-0 en Cataluña.

En estas horas, el cese de Pérez de los Cobos -que ha provocado la indignación unánime entre los generales- se compara en la Guardia Civil con otro que Marlaska decidió nada más llegar al cargo: el del jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), Manuel Sánchez Corbí.

Como Pérez de los Cobos, también por una supuesta "pérdida de confianza". Sánchez Corbí, un mito en la historia del Instituto Armado por su papel en la lucha contra el terrorismo, escribió un mail en el que denunciaba que su unidad estaba al borde del colapso por la falta de fondos reservados. El enfado de Marlaska acabó con el jefe de la UCO -la unidad más sensible de la Guardia Civil- en la calle.

En octubre del pasado año, Marlaska provocó otro incendio en el Cuerpo con la purga de otro de los altos mandos más respetados. El general Manuel Contreras, conocido como el azote de los narcos, fue relevado al frente de la Jefatura de la Guardia Civil en Andalucía. Marlaska decidió no ascender a Contreras a general de División y forzó su pase a la reserva.

Para sorpresa y malestar de sus compañeros ya que Contreras había cosechado una de las más altas reputaciones gracias a su gestión.

El malestar es tal en el seno del Cuerpo que varias asociaciones profesionales como JUCIL, la APROGC o la AUGC han saltado este lunes como un resorte tras conocerse el cese de Pérez de los Cobos. Pero quien más gráficamente ha expresado su indignación ha sido la Unión de Oficiales con esta llamativa advertencia en forma de comunicado: "No es el coronel, es la Guardia Civil"